"...En la Escritura, la familia es la institución básica de la sociedad, a la que todos los poderes más básicos son dados, salvo uno: la pena de muerte. (Por lo tanto, la pena de muerte no pudo ser ejecutada sobre Caín.) La familia es el gobierno básico del hombre, su mejor escuela, y su mejor iglesia. La decadencia de la familia es la decadencia de la civilización.
Para revisar brevemente los poderes básicos que la Escritura da a la familia, el primero es el control de los niños. El control de los niños es el control del futuro. Este poder no pertenece ni a la iglesia ni al Estado, ni a la escuela, sino sólo a la familia. Este poder está en la era moderna, desde principios de 1800, cada vez más reclamado por el Estado y sus escuelas. Flandrin citó la desaparición de todos los poderes estatales sobre el niño con el triunfo del cristianismo, hoy en día, con la retirada de la cristiandad al pietismo, vemos el poder creciente del Estado sobre ambos, el niño y los padres. Nada va a afectar a la desaparición de ese poder, excepto un renacimiento de la fe bíblica.
Segundo, el poder sobre la propiedad es dado a la familia en la Escritura. El hombre moderno está acostumbrado a pensar en dos tipos de control de la propiedad, la propiedad privada y la propiedad estatal. La Biblia afirma que "La tierra es DEL SEÑOR," y Dios da el control de la propiedad a manos de la familia, ni al Estado, ni al individuo. Tenemos vestigios de esta forma del control de la propiedad en varias leyes de propiedad mancomunada, lo que significa la propiedad de la familia. La mancomunidad aquí tiene el sentido más antiguo de la familia. Aquí también, sin embargo, el Estado reclama amplios poderes: al impuesto, confiscar, controlar, y de varias otras maneras de jugar a ser dios sobre la propiedad. Las leyes de propiedad mancomunada son muy a menudo simplemente una reliquia: el hombre ve a la propiedad como la suya, pero como legalmente de su esposa sólo por una necesidad legal, no porque su pensamiento es familiarista.
Tercero, la herencia en la Escritura es exclusivamente un poder de la familia, governada por la ley de Dios. El hijo mayor obtiene una doble porción, a menos que él sea impío y/o incompetente. La simiente de Dios es bendecida por una herencia, y el Reino de Dios florece como resultado. Ahora, sin embargo, el Estado reclama derecho previo a la propiedad como el verdadero hijo mayor, se ofrece para el cuidado del padre sobreviviente por medio de la asistencia social (que suele ser necesaria, cuando el Estado reclama su cuota), y se hace él mismo el testamentario real de las propiedades. Suplanta las leyes de Dios de la herencia con las suyas.
Cuarto, la asistencia social es responsabilidad de la familia, comenzando con el cuidado de los suyos. Pablo dice claramente: "Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo" (1 Tim. 5:8). Los deberes de la familia hacia otros creyentes, los extranjeros, las viudas, los huérfanos, etc, son todos fuertemente subrayados en la ley de Dios. Sin embargo, hay mucho descuido por la iglesia moderna, ellos son básicos a la Escritura. Pablo declara que, de todos los que no cuidan por los suyos, tales han "negado la fe." Una vez más, el Estado se ha movido en el ámbito de la asistencia social, no por algún interés piadoso o humanitario por las personas, sino para ganar poder sobre el hombre y la sociedad.
Quinto, la educación, un poder básico, es dado por Dios a la familia como su poder y responsabilidad. El Estado moderno afirma el derecho de controlar y proporcionar educación, y cuestiona los poderes de la familia en esta área también. La educación en la era moderna es predominantemente estatista. La educación estatista en los EE.UU. ha llevado a la más alta tasa de analfabetismo en su historia.
Hoy en día, el ataque a la familia se está intensificando. El estatismo humanista considera el control del niño y la familia como básico en su impulso hacia el totalitarismo. Cada movimiento revolucionario considera el control sobre la familia y del niño como elemento central de su objetivo ..."
Por R.J. Rushdoony
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THE FAMILY
"...In Scripture, the family is the basic institution of society, to whom all the most basic powers are given, save one: the death penalty. (Hence, the death penalty could not be executed on Cain.) The family is man's basic government, his best school, and his best church. The decay of the family is the decay of civilization.
To review briefly the basic powers which Scripture gives to the family, the first is the control of children. The control of children is the control of the future. This power belongs neither to church nor state, nor to the school, but only to the family. This power is in the modern era, from the early 1800s, increasingly claimed by the state and its schools. Flandrin cited the disappearance of all statist powers over the child with the triumph of Christianity; today, with the retreat of Christianity into pietism, we see the increasing power of the state over both the child and the parents. Nothing will affect the disappearance of that power except a revival of Biblical faith.
Second, power over property is given in Scripture to the family. Modern man is used to thinking of two kinds of property control, private ownership and state ownership. The Bible affirms that "The earth is the LORD'S," and God gives control of property into the hands of the family, not the state, nor the individual. We have survivals of this form of property control in various community property laws, which mean family property. Community here has the older sense of family. Here too, however, the state claims vast powers: to tax, confiscate, control, and in various other ways to play god over property. Community property laws are all too often simply a relic: the man sees the property as his, but as legally his wife's only because of a legal necessity, not because his thinking is familistic.
Third, inheritance in Scripture is exclusively a family power, governed by God's law. The eldest son gains a double portion, unless he is godless and or incompetent. The godly seed are blessed by an inheritance, and God's Kingdom flourishes as a result. Now, however, the state claims prior right to the estate as the true elder son, offers to care for the surviving parent by means of welfare (which is usually needed, when the state claims its share), and makes itself the real executor of the state. It supplants God's laws of inheritance with its own.
Fourth, welfare is the responsibility of the family, beginning with the care of its own. Paul says plainly, "But if any provide not for his own, and specially for those of his own house, he has denied the faith, and is worse than an infidel" (1 Tim. 5:8). The family's duties towards fellow believers, strangers, widows, orphans, etc., are all strongly stressed in God's law. However much neglected by the modern church, they are basic to Scripture. Paul declares, of all who do not care for their own, that such have "denied the faith." Again, the state has moved into the area of welfare, not because of any godly or humanitarianism concern for people, but to gain power over man and society.
Fifth, education, a basic power, is given by God to the family as its power and responsibility. The modern state claims the right to control and provide education, and it challenges the powers of the family in this area also. Education in the modern age is statist predominantly. Statist education in the U.S. has led to the highest illiteracy rate in its history.
Today, the attack on the family is being stepped up. Humanistic statism sees control of the child and the family as basic to its drive towards totalitarianism. Every revolutionary movement sees control over the family and the child as central to its goal..."
By R.J. Rushdoony
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