Saturday, March 2, 2013

La Cruzada de los Niños - II Parte

   Rousseau, por supuesto, fue uno de los grandes predicadores anteriores de esta fe, ¡y tenemos una serie de revoluciones que agradecerle! Friedrich Froebel (1782 - 1852), un filósofo de la educación de influencia muy grande, había entonado: "Queridos niñitos, vamos a aprender de ustedes." Si los niños sienten que saben más que sus padres, y son rebeldes, lo hacen así por una buena razón: nuestras escuelas humanistas les han enseñado a pensar así. Nora Smith, una teórica del jardín de la infancia, escribió en un libro Diario de las Señoras de la Casa, El Jardín de la Infancia en una Cáscara de Nuez (1907), que las madres tenían un raro honor en cargar a sus hijos: "como San Cristóbal, hemos cargado el Cristo en nuestros hombros." Cuando la educadora y teórica del jardín de la infancia Emma Marwedel agonizaba en 1893, dijo: "Creo en el poder del jardín de la infancia para reformar el mundo." Desde 1893, hemos estado viendo más y más sobre el significado de esa "reforma".
   
El espíritu de las cruzadas es localizar la clase santa, buena, inocente, o pura en la sociedad, o grupo de edad. Este grupo puro ha sido diversamente identificado como la clase alta, la clase media, la clase baja, los trabajadores, los capitalistas, los intelectuales, los niños, las mujeres, y así sucesivamente. La búsqueda continúa. También se ha tratado en varias naciones y razas. ¿Dónde está el caballero Galahad para encontrar el Santo Grial y cambiar el mundo y recargarlo con su pureza?
   
Toda tal cruzada, es una negación implícita o explícita de Jesucristo y su palabra. Busca por un redentor que no sea Cristo, y un plan que no sea la ley de Dios y el reino. Tales misiones y cruzadas glorifican la justicia propia y el fariseísmo, y son uniformemente ciegos a su propia pecaminosidad. Sus fracasos son siempre atribuidos a un mundo malvado y un Establecimiento de la maldad. ¡El mundo no estaba listo para su pureza y sabiduría!
    
Las filas desilusionadas de los cruzados siguen buscando otro líder, otra figura carismática, alguien que puede encantar a las serpientes del mal de sus colmillos y venenos, separar las aguas o caminar sobre el agua, y de alguna manera librar a la humanidad. El entusiasmo y el fervor de las campañas políticas nos dicen que los hombres están buscando, no una administración buena y piadosa, sino milagros y hacedores de milagros. Es su esperanza apasionada que este nuevo hombre podría ser el verdadero.
   
Mientras tanto, ellos dan la espalda a Dios, el Salvador, y el único medio para la redención del hombre, Jesucristo.


Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Las Raíces de la Reconstrucción pg. 983

http://chalcedon.edu/
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Children's Crusade - Part II

   Rousseau, of course, was one of the great earlier preachers of this faith, and we have a series of revolutions to thank him for! Friedrich Froebel (1782 - 1852), an educational philosopher of very great influence, had warbled, "Dear little children, we will learn from you." If children feel they know better than their parents, and are rebellious, they  do so with good reason: our humanistic schools have taught them to think so. Nora Smith, a theorist of the Kindergarten, wrote in a Ladies Home Journal book, The Kindergarten in a Nutshell (1907), that mothers had a rare honor in carrying their children: "like St. Christopher, we have borne the Christ upon our Shoulders." When the educator and Kindergarten theorist Emma Marwedel lay dying in 1893, she said, "I believe in the power of the Kindergarten to reform the world." Since 1893, we have been seeing more and more of the meaning of that "reform."
   The spirit of  crusades is to locate the holy, good, innocent, or pure class in society, or age group. This pure group has been variously identified as the upper class, the middle class, the lower class, the workers, the capitalists, the intellectuals, the children, women, and so on. The quest goes on. It has also been sought in various nations and races. Where is the Sir Galahad to find the Holy Grail and change the world and re-charge it with his purity?
   All such crusading is an implicit or explicit denial of Jesus Christ and His word. It looks for a redeemer other than Christ, and a plan other than God's law and Kingdom. Such quests and crusades glorify self-righteousness and phariseeism, and they are uniformly blind to their own sinfulness. Their failures are always blamed on an evil world and an evil Establishment. The world was not ready for their purity and wisdom!
    The disillusioned ranks of the crusaders keep looking for another leader, another charismatic figure, one who can charm the snakes of evil out of their fangs and poisons, part the waters or walk on water, and somehow deliver mankind. The enthusiasm and fervor of political campaigns tell us that men are looking, not for sound and godly administration, but for miracles and miracle-workers. It is their passionate hope that this new man might be the real one.
   Meanwhile, they turn their backs on God the Savior, and the only means for man's redemption, Jesus Christ.

By R. J. Rushdoony Excerpt taken from The Roots of Reconstruction p. 983
http://chalcedon.edu/

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