Wednesday, March 20, 2013

El Matrimonio y la Mujer (English)

...La doctrina bíblica nos muestra a la esposa como la administradora competente que es capaz de hacerse cargo de todos los asuntos de negocios, si es necesario, para que su esposo pueda asumir un cargo público como magistrado civil; en las palabras de Proverbios 31:23, él puede sentarse "en las puertas", es decir, presidir como un gobernante o juez. Vamos a examinar a las mujeres de Proverbios 31:10-31, cuya "estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas". Varias cosas están claramente en evidencia: 
1. Su marido puede confiar en su integridad moral, comercial y religiosa y competencia, (vers. 11,12,29-31). 
2. Ella no sólo maneja su hogar competentemente, sino también puede administrar una empresa con capacidad (vers. 13-19, 24-25). Ella puede comprar y vender como un buen comerciante y manejar un viñedo como un agricultor con experiencia.
 3. Ella es buena con su familia, y buena con los pobres y los necesitados (vers. 20-22).
 4. Muy importante: "Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua" (vs. 26). La mujer inútil de la Edad de la Razón, y la inútil de la alta sociedad o la mujer del jet set de hoy, que es un ornamento y un lujo, puede y habla a la ligera, y como una frívola, porque es frívola. La mujer piadosa, sin embargo, tiene "en su lengua la ley de clemencia". Las personas, hombres y mujeres, que no son frívolos evitan la palabrería insignificante y barata, maliciosa. Hablar por hablar es el lujo de la irresponsabilidad.
 5. Ella no come "el pan de balde" (v. 27), es decir, la piadosa no es un simple lujo y una decoración bonita. Ella gana más que su sustento. 
6. "Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba" (vs. 28).
   
Obviamente, esta mujer es muy diferente de la muñeca bonita de la Edad de la Razón, y la mujer masculinizada altamente competitiva del siglo 20 que está decidida a demostrar que ella es tan buena como cualquier hombre, si no mejor.
   
Una fe bíblica no considerará a la mujer como una menos racional o inteligente que el hombre, su razón es normalmente más prácticamente y personalmente orientada en términos de su vocación como una mujer, pero no es menos inteligente por eso.
   
Otra nota es añadida por el rey Lemuel en su descripción de la mujer virtuosa:

 7. "Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada" (vs. 30, Versión Reina Valera). No hay nada despectivo hacia la belleza física que es intencionado aquí, y en otras partes de la Escritura, especialmente en el Cantar de los Cantares, es altamente apreciada. El punto aquí es que, en relación a las cualidades básicas de una verdadera y capaz ayuda idónea, la belleza es una virtud transitoria y las formas astutas, encantadoras son engañosas y no tienen valor en las relaciones de trabajo del matrimonio.
   
Importante así como el papel de una mujer es como madre, la Escritura la presenta esencialmente como una esposa, es decir, una ayuda idónea. La referencia no es, pues ante todo a los hijos, sino al Reino de Dios y al llamamiento del hombre en eso. El hombre y la esposa juntos están en el pacto llamados a subyugar la tierra y a ejercer dominio sobre ella.
   
Hay quienes sostienen que la procreación es el propósito central del matrimonio. Ciertamente, el mandato de "Fructificad y multiplicaos" es muy importante, pero el matrimonio no deja de existir si no tienen hijos. San Agustín consideró erróneamente que 1 Timoteo 5:14 requirió la procreación y definió a los hijos como el propósito fundamental del matrimonio, y muchos sostienen esta opinión. Pero San Pablo realmente dijo que estaba exigiendo que las mujeres más jóvenes, o viudas, especialmente se casen y tengan hijos en lugar de buscar una vocación religiosa (1 Ti. 5:11-15); Esto es muy diferente de una definición del matrimonio como la procreación. Lutero durante un tiempo sostuvo la creencia de que el matrimonio servía para proveer para la procreación y aliviar la concupiscencia. (Agustín había limitado las relaciones sexuales a "las necesidades de reproducción.") Edith Simon llama la atención al cambio en el pensamiento de Lutero sobre el tema: 


Antes de que Lutero mismo había desechado el celibato, lo había condenado simplemente como una fuente de distracción y tentación constante para los que no estaban a la altura de la castidad perpetua_en otras palabras, su actitud entonces todavía era básicamente ortodoxa, considerando la castidad como el estado más alto. Después de su propia experiencia de matrimonio, sin embargo, esa actitud cambió dramáticamente a una más positiva. La castidad perpetua era mala. Sólo en el matrimonio los seres humanos eran capaces de adquirir la salud espiritual que solian buscar en el claustro. Así que lo extraño fue que antes de que él mismo hubiera experimentado la liberación sexual, Lutero veía el matrimonio como un asunto principalmente físico, y luego vio sus beneficios, como principalmente espiritual _evidentemente no por falta de comunión física. 

Dios mismo definió la función básica de Eva como una ayuda idónea; importante como es la maternidad, no puede tener prioridad sobre la propia declaración de Dios.

Por R.J. Rushdoony  Extracto tomado de La Institución de la Ley Bíblica pg. 352

 http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
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Marriage and Woman

...The Biblical doctrine shows us the wife as the competent manager who is able to take over all business affairs if needed, so that her husband can assume public office as a civil magistrate; in the words of Proverbs 31:23, he can sit "in the gates," that is, preside as a ruler or judge. Let us examine the women of Proverbs 31:10-31, whose "price is far above rubies." Several things are clearly in evidence:
1. Her husband can trust her moral, commercial, and religious integrity and competence, (vss. 11,12,29-31).
2. She not only manages her household competently, but she can also manage a business with ability (vss. 13-19, 24-25). She can buy and sell like a good merchant and manage a vineyard like an experienced farmer. 
3. She is good to her family, and good to the poor and the needy (vss. 20-22).
4. Very important, "She openth her mouth with wisdom: and in her tongue is the law of kindness" (vs. 26). The useless woman of the Age of Reason, and the useless socialite or jet set woman of today who is a show-piece and a luxury, can and does speak lightly, and as a trifler, because she is a trifle. The godly woman, however, has "in her tongue the law of kindness." People, men and women, who are not triflers avoid trifling and cheap, malicious talk. Loose talk is the luxury of irresponsibility.
5. She does not eat "the bread of idleness" (vs. 27); i.e., the godly is not a mere luxury and a pretty decoration. She more than earns her keep.
6. "Her children arise up, and call her blessed; her husband also, and he praiseth her" (vs. 28).
   Obviously, such a woman is very different from the pretty doll of the Age of Reason, and the highly competitive masculinized  woman of the 20th century who is out to prove that she is as good as any man, if not better.
   A Biblical faith will not regard woman as any the less rational or intelligent than man; her reason is normally more practically and personally oriented in terms of her calling as a woman, but she is not less intelligent for that.
   Another note is added by King Lemuel in his description of the virtuous woman:
7. "Charm is deceitful and beauty is passing, but a woman who reveres the LORD will be praised" (vs. 30, Berkely Version).
Nothing derogatory towards physical beauty is here intended, and, elsewhere in Scripture, especially in the Song of Solomon, it is highly appreciated. The point here is that, in relation to the basic qualities of a true and capable help-meet, beauty is a transient virtue, and clever, charming ways are deceitful and have no value in the working relationship of marriage.
   Important thus as the role of a woman is as mother, Scripture presents her essentially as a wife, i.e., a help-meet. The reference is therefore not primarily to children but to the Kingdom of God and man's calling therein. Man and wife together are in the covenant called to subdue the earth and to exercise dominion over it.
   There are those who hold that procreation is the central purpose of marriage. Certainly the command to "increase and multiply" is very important, but a marriage does not cease to exist if it be childless. St. Augustine wrongly held that I Timothy 5:14 required procreation and define children as the basic purpose of marriage, and many hold to this opinion. But St. Paul actually said that he was requiring that the younger women, or widows, specially marry and have children rather than seeking a religious vocation (I Tim. 5:11-15); this is very different from a definition of marriage as procreation. Luther for some time held to the belief that marriage served to provide for procreation and to relieve concupiscence. (Augustine had limited sexual relations to "the necessities of production.") Edith Simon calls attention to the change in Luther's thinking on the subject:

Before Luther had himself cast off celibacy, he had condemned it merely as a source of continual temptation and distraction to those who were not equal to perpetual chastity_in other words, his attitude then was still basically orthodox, accounting chastity as the higher state. Upon his own experience of marriage, however, that attitude was changed dramatically to one more positive. Perpetual chastity was bad. Only in marriage were human beings able to acquire the spiritual health which they had used to seek in the cloister. So the strange thing was that before he had ever experienced sexual release himself, Luther saw marriage as a primarily physical affair, and afterwards saw its benefits as primarily spiritual _evidently not for want of physical communion.
    
God Himself defined Eve's basic function as a help-meet; important as motherhood is, it cannot take priority over God's own declaration.

By R. J. Rushdoony     Excerpt taken from The Institutes of Biblical Law p. 352
http://chalcedon.edu/

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