En Los Institutos de la Ley Bíblica (pp.368-375), señalo que, antes de Moisés, no había ninguna ley contra el incesto. Puesto que Adán y sus descendientes tenían inherente en ellos todas las
posibilidades genéticas de la raza humana, sus hijos, al casarse entre
sí, no eran tan estrechamente relacionados genéticamente, como dos indios Navajos cualquiera son hoy en día. Abraham
se casó con Sara, posiblemente una media hermana (Gén.20:12), y el
padre de Moisés, Amram, se casó con una joven tía, hermana de su padre,
Jocabed (Éx. 6:20).
Cuando
Dios por medio de Moisés, prohibió el incesto (Lev. 18:7-17; 20:11,12,14,17,20,21; Deut. 22:30; 27:20,22,23) y requirió la pena de
muerte para la mayoría de las instancias
de este, fue, en primer lugar, una ruptura radical con la práctica
aceptada en todo el mundo, y segundo, estableció una barrera a un daño genético que iba a aparecer sólo después de muchos
siglos, ya que la consanguinidad comenzó a hacerse más propensa al concentrarse los
genes defectuosos.
Es importante por lo tanto, no releer en la historia antigua de esta prohibición posterior. La historia de Lot y sus hijas es una instancia de esta lectura errónea y moralista. Casi todos los comentaristas muestran sólo horror por el acto de las hijas....Claramente, las chicas vieron su acción como buena, y los nombres que
dieron a sus hijos sólo indican un orgullo en su acción como buena. Moab significa, "De mi padre", y Ben-ammi, "Hijo de mi pariente". Muy
evidentemente, ellas pensaban que actuaban para salvar a la raza humana de la
extinción, y que, al igual que Noé y su familia, ellos eran sus únicos
sobrevivientes.
Algo más debe decirse de las hijas de Lot. Ellas salieron de Sodoma con su padre, y decidieron no volver con su madre. El acto de la madre indicó una falta de fe. Ella volvió, tal vez en un intervalo en la destrucción, suponiendo que todo había terminado. Su casa acomodada y todas sus ventajas estaban en Sodoma. No cabe duda que Lot se había ido con caballos, camellos o burros cargados con alimentos y oro. En la cueva (Gn. 19:30 ss.), Ellos obviamente tenían comida y vino que trajeron con ellos. Lo
que trajeron con ellos parecían insignificante en comparación con lo que
quedaba atrás, y la mujer de Lot escogió volver en algúna pausa en la destrucción general, puesto que parecía que, a pesar de algunos
daños, Sodoma iba a sobrevivir. Claramente, ella no tenía ninguna fe en el mensaje de los dos desconocidos. Las hijas tan claramente compartieron la fe de Lot, y eligieron quedarse con su padre.
Como
la destrucción continó, comenzó a parecer como una catástrofe mundial, comparable a la del Diluvio, que a Lot y sus hijas era historia relativamente reciente. Aunque
uno de los ángeles o mensajeros les aseguró que la pequeña ciudad de
Zoar no sería derribada (Gen. 19:21), en la lluvia general de fuego y
azufre que siguió, le pareció a Lot que Zoar habría perecido también, y
él huyó de ella también, aunque a principios suplicando para permanecer allí,
porque temía que el desastre lo abrumaría en el campo abierto y las
colinas (Gen. 19:19,30). Una
ciudad con edificios había parecido brevemente la mejor protección de
todo, pero, después de que la agitación y la destrucción comenzaron, sólo
una cueva parecía de suficiente protección. Después
de la conducta de los hombres de Sodoma (Gen.19 :4-5), le pareció a Lot
y sus hijas que la ira de Dios, una vez desatada, destruiría por lo
menos a todos los de Canaán y esa parte del mundo, si no todo el mundo.
Las
hijas así asumieron con Lot o que eran los sobrevivientes solitarios de la
tierra, o bien, si otras áreas se salvaron, estaban demasiado lejos para
ser alcanzados. Esto
significó una fe inestable en la palabra declarada, pero era
todavía una fe en esta, y con ella el deseo de perpetuar al hombre aparentemente
escogido por Dios, Lot. La
historia de la caída de Sodoma muestra a Lot como profundamente
angustiado e indeciso por el horror, pero, con todo, obediente a Dios. Lot
era odiado por los sodomitas, ya que, como un juez sentado en las
puertas, era una voz solitaria contra los males de la ciudad (Gen. 19:1,9). Antes de condenar a Lot, recordemos que en circunstancias similares, pocos hombres lo harían mejor. Recordemos también que Dios lo declara ser el "justo Lot" y habla de él como "ese hombre justo" (2 Pedro 2:7). Recordemos
también el agotamiento de Lot, después de haber pasado la noche
tratando de despertar a sus hijos casados del peligro.
Debemos recordar también que las hijas de Lot no son condenadas en la narrativa. El incesto no estaba todavía bajo la prohibición de la ley. Esto no quiere decir que las muchachas eran inocentes. Primero, ellas hicieron borracho a su padre, tomando así el liderazgo en sus manos. Claramente ellas sintieron con alguna razón aparente que su padre
estaba demasiado afectado por el dolor y enfermo para tomar cualquier
decisión, y ellas usaron esto como una justificación para tomar la
iniciativa. Segundo, fue fornicación, y de nuevo una ofensa contra la ley de Dios y su padre. Depravadas, ellas no fueron, pecadoras fueron. No eran incrédulas, y, en una situación crítica, ellas habían actuado en fe, pero su fe era defectuosa.
Por R. J. Rushdoony Ley y Sociedad pág.702
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Incest and Lot's Daughters
In The Institutes of Biblical Law (pp.368-375), I point out that, prior to Moses, there was no law against incest. Since Adam and his descendants had inherent in them all the genetic possibilities of the human race, his children, in marrying one another, were not as closely related genetically as any two Navaho Indians are today. Abraham married Sarah, possibly a half-sister (Gen. 20:12), and the father of Moses, Amram, married a young aunt, his father's sister, Jochabed (Ex. 6:20).
When God through Moses forbad incest (Lev. 18:7-17; 20:11,12,14,17,20,21; Deut. 22:30; 27:20,22,23) and required the death penalty for most instances of it, it was, first, a radical break with accepted worldwide practice, and second, established a roadblock to genetic damage which was to appear only many centuries later, as inbreeding began to become more prone to concentrate defective genes.
It is important thus not to read back into early history this subsequent prohibition. The story of Lot and his daughters is an instance of this fallacious and moralistic reading. Almost all commentators show only horror for the daughters' act.
...Clearly, the girls viewed their action as good, and the names they gave their sons indicate only a pride in their action as good. Moab means, "From my father," and Ben-ammi, "Son of my kinsman." Very obviously, they felt that they acted to save the human race from extinction, and that, like Noah and his family, they were its sole survivors.
Something more must be said about Lot's daughters. they left Sodom with their father, and chose not to return with their mother. Their mother's act indicated a lack of faith. She returned, perhaps in an interlude in the destruction, assuming that it was over. Her wealthy home and all its advantages were in Sodom. No doubt Lot had left with horses, camels, or donkeys loaded with food and gold. In the cave (Gen. 19:30ff.), they obviously had food and wine brought with them. What they brought with them seemed trifling compared to what was left behind, and Lot's wife chose to return in some interlude in the general destruction, since it appeared that, despite some damage, Sodom would survive. Clearly, she had no faith in the message of the two strangers. The daughters just as clearly shared Lot's faith, and they chose to stay with their father.
As the destruction continued, it began to appear as a worldwide catastrophe, comparable to the Flood, which to Lot and his daughters was fairly recent history. Although one of the angels or messengers assured them that the small town of Zoar would not be overthrown (Gen. 19:21), in the general rain of fire and brimstone which followed, it seemed to Lot that Zoar would also perish, and he fled from it also, although earlier pleading to stay there, because he feared the disaster would overwhelm him in the open country and the hills (Gen. 19:19,30). A city with buildings had briefly seemed the best protection of all, but, after the upheaval and destruction began, only a cave seemed protection enough. After the conduct of the men of Sodom (Gen.19:4-5), it seemed to Lot and his daughters that God's anger, once unleashed, would destroy at least all of Canaan and that part of the world, if not the whole world.
The daughters thus assumed with Lot that they were either the lone survivors on earth, or else, if other areas were spared, they were too far away to be reached. This meant an unstable faith in the declared word, but it was still a faith therein,and with it a desire to perpetuate God's apparently chosen man, Lot. The history of Sodom's fall shows Lot as deeply distressed and indecisive out of horror, but, withal, obedient to God. Lot was hated by the Sodomites, because, as a judge sitting in the gates, he was a lone voice against the evils of the city (Gen. 19:1,9). Before we condemn Lot, let us remember that in like circumstances, few men would do better. Let us remember too that God declares him to be "just Lot" and speaks of him as "that righteous man" (II Peter 2:7). Let us remember also Lot's exhaustion, having spent the night trying to arouse his married children to the danger.
We must remember too that Lot's daughters are not condemned in the narrative. Incest was not yet under the ban of the law. This does not mean that the girls were guiltless. First, they made their father drunk, thereby taking leadership into their hands. Clearly, they felt with some apparent ground that their father was too grief stricken and ill to make any decisions, and they used this as a justification for taking the initiative. Second, it was fornication, and again an offense against God's law and their father. Depraved, they were not; sinners they were. They were not unbelievers, and , in a critical situation, they had acted on faith, but their faith was a defective one.
By R. J. Rushdoony Law and Society p. 702
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