El propósito del sétimo mandamiento, "No cometerás adulterio," es para proteger el matrimonio. Es importante, por lo tanto, analizar el significado bíblico del matrimonio a fin de comprender el significado de las leyes que gobiernan su violación. La institución del matrimonio (Génesis 2:18-25) en Edén describe el significado del matrimonio en relación con el hombre, lo que será posteriormente examinado. En este momento, el significado del matrimonio en relación a Dios debe ser entendido primero y será analizado.
Mientras que el matrimonio es de esta tierra, ya que no hay el casarse ni darse en casamiento en el cielo (Mateo 22:29,30), no obstante tiene referencia y es gobernado por el Dios trino, como son todas las cosas. La gran declaración de este hecho es Efesios 5:21-23, que comienza con el mandamiento general, "Someteos unos a otros en el temor de Dios", interpretada por la Versión de Berkeley: "Ser sumisos unos a otros por reverencia a Cristo." Calvino comentó sobre este tema:
Dios nos ha unido tan fuertemente el uno al otro, que ningún hombre debe esforzarse por evitar la sujeción; y donde el amor reina, los servicios se prestarán mutuamente. No exceptúo a reyes y gobernantes, cuya autoridad se mantiene para el servicio de la comunidad. Es sumamente apropiado que todos deben ser exhortados a estar sujetos el uno al otro a su vez.
Así, un principio general de la sujeción y el servicio es afirmado, y el matrimonio es entonces citado como ilustración de este principio. Como Hodge señaló, "El apóstol ordena obediencia mutua como un deber cristiano, v. 21. Bajo este título él trata de los deberes relativos de esposos y esposas, padres e hijos, amos y siervos." El hombre ha estado a través de las edades en una revuelta en contra de esta necesidad de sometimiento y de servicio y soñó más bien del poder autónomo.
... Con el anarquismo, este sueño de poder autónomo se ha convertido en la esperanza de un gran número de personas.
Este principio general de la sujeción y el servicio se basa en mucho más que la interdependencia de los hombres, más bien se basa en una fe teocrática. Los hombres deben estar en sujeción unos a otros, y en el servicio mutuo (Efesios 5:22-29), no porque las necesidades de la humanidad así lo requieran, sino en el temor de Dios y en obediencia a su palabra-ley. La interdependencia humana existe porque la dependencia previa en Dios, requiere la unidad de su creación bajo su ley.
Además, porque el hombre no es Dios, el hombre es un súbdito, un súbdito principalmente y esencialmente para Dios, y para otros en el Señor solamente. Cuando el hombre rechaza su sometimiento a Dios y afirma su autonomía, el hombre de ese modo, no logra la independencia. La sujeción de hombre a hombre continúa en grupos paganos, marxistas, socialistas fabianos, anarquistas, y ateos, pero esta sujeción es ahora sin la restricción de la ley de Dios. La sujeción bíblica de hombre a hombre, y de una esposa a su marido, es en todos los puntos gobernada y limitada por la sujeción previa y absoluta a Dios, de los cuales son aspectos de otras sujeciones. El señorío previo y absoluto de Dios por lo tanto limita y condiciona cada situación del hombre y no permite transgresión irreprensible. Negar el principio bíblico de la sujeción es, pues, abrir la puerta al totalitarismo y la tiranía, ya que ningún chequeo entonces permanece sobre el deseo del hombre de dominar y usar a sus semejantes. El principio bíblico de sujeción condiciona cada relación por el requisito previo y jurisdicción de gobierno de la ley de Dios totalmente, de modo que todas las relaciones en la tierra son limitadas y restringidas por la palabra-ley de Dios. Por lo tanto, las esposas no son puestas en esclavitud por el mandamiento bíblico de sumisión (Ef. 5:22), sino más bien son establecidas en la libertad y la seguridad de una relación ordenada por Dios.
Por R.J. Rushdoony Extractos tomados de La Institución de la Ley Bíblica pg. 333
http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
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THE SEVENTH COMMANDMENT
"The purpose of the seventh commandment, 'Thou shalt not commit adultery,' is to protect marriage. It is important, therefore, to analyze the Biblical meaning of marriage in order to understand the significance of the laws governing its violation. The institution of marriage (Gen. 2:18-25) in Eden describes the meaning of marriage in relationship to man; this will be considered subsequently. At present, the meaning of marriage in relationship to God must first be understood and will be analyzed.
While marriage is of this earth, since there is no marrying not giving in marriage in heaven (Matt. 22:29,30), it nonetheless has reference to and is governed by the triune God, as are all things. The great statement of this fact is Ephesians 5:21-23, which begins with the general commandment, 'Submitting yourselves one to another in the fear of God,' rendered by the Berkeley Version, 'Be submissive to one another out of reverence for Christ,' Calvin commented on this:
God
has bound us so strongly to each other, that no man ought to endeavor to
avoid subjection; and where love reigns, mutual services will be
rendered. I do not except kings and governors, whose very authority is
held for the service of the community. It is highly proper that all should be exhorted to be subject to each other in their turn.
Thus,
a general principle of subjection and service is affirmed, and marriage
is then cited as illustrative of this principle. As Hodge noted, 'The
apostle enjoins mutual obedience as a Christian duty, v. 21. Under this
head he treats of the relative duties of husbands and wives, parents and
children, masters and servants.' Man has through the ages been in
revolt against this necessity of subjection and service and dreamed
rather of autonomous power....With anarchism, this dream of autonomous power has become the hope of a large number of people.
This general principle of subjection and service is rooted in far more than men's interdependence; rather, it is grounded in a theocratic faith. Men are to be in subjection to one another, and in mutual service (Eph. 5:22-29), not because the needs of humanity require it but in the fear of God and in obedience to His law-word. The human interdependence exists because the prior dependence on God requires the unity of His creation under His law.
Moreover, because man is not God, man is a subject, a subject primarily and essentially to God, and to others in the Lord only. Where man rejects his subjection to God and asserts his autonomy, man does not thereby gain independence. The subjection of man to man continues in pagan, Marxist, Fabian socialist, anarchist, and atheistic groups, but this subjection is now without the restraint of God's law. The Biblical subjection of man to man, and of a wife to her husband, is at every point governed and limited by the prior and absolute subjection to God, of which all other subjection are aspects. God's prior and absolute lordship thus limits and conditions every situation of man and permits no trespass without offense. To deny the Biblical principle of subjection is thus to open the door to totalitarianism and tyranny, since no check then remains on man's desire to dominate and use his fellow man. The Biblical principle of subjection conditions every relationship by the prior requirement and totally governing jurisdiction of God's law, so that all relationships on earth are limited and restricted by God´s law-word. Thus, wives are not placed in bondage by the Biblical commandment of submission (Eph. 5:22) but rather established in the liberty and security of a God-ordained relationship."
By R.J. Rushdoony Excerpts taken from The Institutes of Biblical Law p.333
http://chalcedon.edu/
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