Hace
dos años conocí a un jugador novato de básquetbol profesional, por sentarse en el banco, le pagaban US$104,000 al año. Todo el mundo pensaba que era maravilloso que un hombre joven, de un grupo minoritario, le iba tan bien. Algunos
amigos me llevaron a cenar a un restaurante de Los Angeles, en la
mesa de al lado estaba sentado un hombre muy popular en el mundo del
entretenimiento, que por lo general gana varios cientos de miles de
dólares al año como mínimo. Él es muy admirado. todo muy bien. Si estos hombres prestan servicios que valen mucho a la gente, entonces ellos se han ganado su sueldo.
Lo
que me molesta es lo siguiente: si un pequeño campesino gana US$15 a US$30,000 al
año con el trabajo duro y constante, se le llama un explotador de los
trabajadores agrícolas, un enemigo del progreso social, y algunas
otras cosas menos educadas. Una
vez más, si un hombre de negocios muy capaz gana US$25 a US$75,000 al
año, es un capitalista sanguijuela y un enemigo de la humanidad. ¿Por qué la diferencia en las actitudes?
¿Por qué este odio a los verdaderos productores de nuestra sociedad? ¿Por qué es justo que para un hombre le vaya bien, pero no para el otro? Nuestros políticos tienen muy buenos ingresos. ¿Por qué ellos consideran como criminal que otros tengan un buen rendimiento de su trabajo?
La
Escritura nos dice que "[un] corazón apacible es vida de la carne;
mas la envidia es carcoma de los huesos" ( Pr. 14:30). El
corazón apacible aquí significa una vida basada claramente en el Señor y
su Palabra, significa un corazón tranquilo y confiado. Vivir en tal fe significa vida y salud. Un
corazón envidioso destruye "los huesos" de un hombre, la estructura de su
vida, y se vuelve con odio contra todos los que tienen estructura en
sus vidas. Los envidiosos tratan de destruir lo que no pueden tolerar y no tienen la fe y el carácter para desarrollar.
Los envidiosos por lo tanto, pueden disfrutar y tolerar la riqueza del artista y del atleta. Ellos no
pueden tolerar el éxito de buenos y honestos hombres de trabajo, porque tal éxito señala la necesidad de la paciencia, el trabajo
y la disciplina de sí mismos. Nuestro Señor puso su dedo en la causa: "¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?" (Mateo 20:15). Él dejó en claro a los fariseos que, de hecho, su reacción hacia Él, fue malvada precisamente porque Él era bueno. Los inmorales odian a los morales, los impíos odian a los piadosos, y los improductivos odian a los productivos, y aquellos que quieren que el mundo les dé para ganarse la vida odian a aquellos cuyas vidas dejan claro que su camino es
falso.
Nuestros problemas comienzan en el pecado. Sus respuestas comienzan con la regeneración. Hoy en día, estamos tratando de resolver muchos problemas, fomentando la envidia. No resolvemos nada con ello, y destruimos mucho.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg . 39
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Envy
Two years ago I met a rookie professional basketball player; for sitting on the bench, he was being paid $104,000 a year. Everyone thought it was wonderful that a young man, from a minority group, was doing so well. Some friends took me to dinner in a Los Angeles restaurant; at the next table there sat a very popular man in the world of entertainment who usually makes several hundred thousand dollars a year at a minimum. He is very widely admired. all well and good. If these men render services worth that much to people, then they have earned their pay.
What bothers me is this: if a small farmer makes $15 to $30,000 a year with hard and steady work, he is called an exploiter of farm workers, an enemy of social progress, and some other things lest polite. Again, if a very able businessman makes $25 to $75,000 a year, he is a capitalist leech and an enemy of mankind. Why the difference in attitudes?
Why this hatred of the real producers in our society? Why is it right for one man to do well, but not for another? Our politicians have very good incomes. Why do they regard it as criminal for others to have a good return on their work?
Scripture tells us that "[a] sound heart is the life of the flesh: but envy the rottenness of the bones" (Prov. 14:30). A sound heart here means a life based clearly on the Lord and His Word; it means a relaxed and trusting heart. To live in such a faith means life and health. An envious heart destroys a man's "bones," the structure of his life, and he turns with hatred against all who have structure in their lives. The envious seek to destroy what they cannot tolerate and do not have the faith and character to develop.
The envious thus can indulge and tolerate the athlete's and entertainer's wealth. They cannot tolerate the success of good and honest working men, because such success points to the need for patience, work, and discipline in themselves. Our Lord put His finger on the cause: "Is thine eye evil, because I am good?" (Matt. 20:15). He made clear to the Pharisees that, indeed, their reaction to Him was evil precisely because He was good. The immoral hate the moral; the ungodly hate the godly; the unproductive hate the productive; and those who want the world to give them a living hate those whose lives make clear that their way is false.
Our problems begin in sin. Their answers begin with regeneration. Today we are trying to solve too many problems by encouraging envy. We solve nothing thereby, and we destroy much.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from A Word in Season p. 39
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Tuesday, November 26, 2013
Sunday, November 17, 2013
SALMO 1:3-6
El salmista muestra en lo que respecta a los que temen a Dios, que deben ser considerados felices, es decir, no porque disfrutan de una alegría efímera y vacía, sino porque están en una condición deseable. Es la bendición de Dios solamente, que conserva a cualquiera en un estado próspero.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae. Y todo lo que hace, prosperá. Con la ilustración de los fieles dando su fruto en su tiempo, el salmista quiere decir que los hijos de Dios constantemente florecen. Ellos siempre están regados con las influencias secretas de la gracia divina, de modo que todo lo que les pueda pasar es propicio para su salvation. Por otro lado, los impíos son llevados por la repentina tempestad o consumidos por el calor abrasador. Él expresa la plena madurez del fruto producido, mientras que, a pesar de que los malos pueden presentar el aspecto de la fecundidad precoz, sin embargo, no producen nada que llegue a la perfección.
¡No así los malos! Que son como el tamo que arrebata el viento. La mente del salmista está reflexionando seriamente sobre la destrucción que aguarda a los impíos, y a la larga los alcanzará. El significado, por lo tanto es que a pesar de que los malos viven ahora con prosperidad, sin embargo, poco a poco serán como la paja, porque cuando el Señor los haya humillado, Él los esparcirá con el estallar de su ira.
Porque Jehová conoce el camino de los justos, mas la senda de los malos perecerá. El profeta enseña que una vida feliz depende de una buena conciencia. Ahora vemos cómo el salmista declara a los impíos ser miserables porque la felicidad es la bendición interna de una buena conciencia. Dios es el Juez del mundo. Otorgado esto, sigue que no puede sino estar bien con los rectos y justos, mientras que, por otro lado, la más terrible destrucción debe amenazar a los impíos. Por lo tanto, en vez de dejarnos engañar con su felicidad imaginaria, tengamos siempre, en circunstancias de angustia, ante nuestros ojos la providencia de Dios, a quien compete resolver los asuntos del mundo, y poner orden en la confusión.
Por Juan Calvino Extracto tomado de El Corazón Ardiente pg . 2
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PSALM 1:3-6
The Psalmist shows in what respect those who fear God are to be accounted happy, namely, not because they enjoy an evanescent and empty gladness, but because they are in a desirable condition. It is the blessing of God alone which preserves any in a prosperous condition.
He is like a tree planted by streams of water, which yields its fruit in season and whose leaf does not wither. Whatever he does prospers. With the figure of the faithful bringing forth their fruit in season, the Psalmist meant that the children of God constantly flourish. They are always watered with the secret influences of divine grace, so that whatever may happen to them is conducive to their salvation.On the other hand, the ungodly are carried away by the sudden tempest or consumed by the scorching heat. He expresses the full maturity of the fruit produced, whereas, although the ungodly may present the appearance of precocious fruitfulness, yet they produce nothing that comes to perfection.
Not so the wicked! They are like chaff that the wind blows away. The Psalmist's mind is seriously pondering on the destruction which awaits the ungodly, and will at length overtake them. The meaning, therefore, is although the ungodly now live prosperously, yet by and by they shall be like chaff; for when the Lord has brought them low, he shall scatter them with the blast of his wrath.
For the LORD watches over the way of the righteous, but the way of the wicked will perish. The prophet teaches that a happy life depends on a good conscience. We now see how the Psalmist pronounces the ungodly to be miserable because happiness is the inward blessing of a good conscience. God is the Judge of the world. Granting this, it follows that it cannot but be well with the upright and the just, while, on the other hand, the most terrible destruction must impend over the ungodly. Instead, therefore, of allowing ourselves to be deceived with their imaginary felicity, let us, in circumstances of distress, have ever before our eyes the providence of God, to whom it belongs to settle the affairs of the world, and to bring order out of confusion.
By John Calvin Excerpt taken from Heart Aflame p. 2
Thursday, November 14, 2013
ORACIÓN DE RENUNCIACIÓN Y AFIRMACIÓN
Como hijo de Dios comprado por la sangre del Señor Jesucristo, yo aquí y ahora renuncio y repudio todos los pecados de mis antepasados. Como alguien que ha sido librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino del amado Hijo de Dios, yo cancelo todos las obras satánicas que han sido pasadas a mí de mis antepasados. Como alguien que ha sido crucificado con Cristo, y resucitado para caminar en la nueva vida, yo cancelo toda maldición que se haya puesto sobre mí, yo anuncio a Satanás y a todas sus fuerzas que Cristo se hizo maldición por mí cuando estaba colgado en la cruz. Como alguien que ha sido crucificado y resucitado con Cristo y ahora se sienta con Él en los lugares celestiales, yo renuncio a cualquier y todas las formas en que Satanás pueda reclamar propiedad de mí. Me declaro estar eternamente y completamente suscrito y comprometido con el Señor Jesucristo. Todo esto lo hago en el nombre y autoridad del Señor Jesucristo (Ro. 6:4; Gá. 2:20; 3:13; Ef. 1:7; 2:5-6; Col. 1:13).
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(NOMBRE Y FECHA)
Por el Reverendo Ernest B. Rockstad de Ministerios de Fe y Vida en Andover, Kansas.
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PRAYER OF RENUNCIATION AND AFFIRMATION
As a child of God purchased by the blood of the Lord Jesus Christ, I here and now renounce and repudiate all the sins of my ancestors. As one who has been delivered from the power of darkness and translated into the kingdom of God's dear Son, I cancel out all demonic working that has been passed on to me from my ancestors. As one who has been crucified with Jesus Christ and raised to walk in newness of life, I cancel every curse that may have been put upon me, I announce to Satan and all his forces that Christ became a curse for me when He hung on the cross. As one who has been crucified and raised with Christ and now sits with Him in heavenly places, I renounce any and every way in which Satan may claim ownership of me. I declare myself to be eternally and completely signed over and committed to the Lord Jesus Christ. All this I do in the name and authority of the Lord Jesus Christ (Ro 6:4; Gal 2:20; 3:13; Eph 1:7; 2:5-6; Co 1:13).
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(NAME AND DATE)
By Reverend Ernest B. Rockstad of Faith and Life Ministries in Andover, Kansas
Tuesday, November 12, 2013
SALMO 1:1-2
Bienaventurado el varón. El significado del salmista es que les irá siempre bien a los siervos devotos de Dios, cuyo esfuerzo constante es avanzar en el estudio de su ley. Él nos enseña lo imposible que es para cualquier persona aplicar su mente a la meditación en la ley de Dios, que no se haya retirado y separado de la sociedad de los impíos primero. Es necesario recordar que el mundo está plagado de corrupción mortal, y que el primer paso para vivir bien es renunciar la compañía de los impíos, de lo contrario, es seguro que nos contagian con su propia contaminación.
Que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Aquí el salmista muestra cómo, poco a poco, los hombres son generalmente inducidos a apartarse del camino recto. Cuando una persona camina voluntariamente después de la satisfacción de sus deseos corruptos, la práctica de pecar lo encapricha tanto, que, olvidándose de sí mismo, se endurece en la maldad, y esto el profeta llama, estar en camino de pecadores. Luego finalmente sigue una obstinación desesperada, la cual él expresa con la ilustración de sentado.
Sino que en la ley de Jehová está su delicia. El salmista no simplemente declara felices a aquellos que temen a Dios, sino designa la piedad por el estudio de la ley, enseñándonos que Dios sólo es servido correctamente, cuando su ley es obedecida. No deja a cada hombre a enmarcar un sistema de religión de acuerdo a su propio juicio, sino el estándar de la piedad debe ser tomado de la Palabra de Dios. De su caracterización, el piadoso como deleitándose en la ley del Señor, podemos aprender que la obediencia forzada o servil no es del todo agradable a Dios, y que los que sólo son estudiantes dignos de la ley que vienen a ella con una mente alegre, y están tan encantados con sus instrucciones, que no cuentan nada más deseable o delicioso que avanzar en la misma. De este amor de la ley procede la meditación constante en ella.
Por Juan Calvino Extracto tomado de El Corazón Ardiente pg. 1
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PSALM 1:1-2
Blessed is the man. The meaning of the Psalmist is that it shall be always well with God's devout servants, whose constant endeavour it is to make progress in the study of his law. He teaches us how impossible it is for anyone to apply his mind to meditation upon God's law, who has not first withdrawn and separated himself from the society of the ungodly. It is necessary to remember that the world is fraught with deadly corruption, and that the first step to living well is to renounce the company of the ungodly, otherwise it is sure to infect us with its own pollution.
Who does not walk in the counsel of the wicked, or stand in the way of sinners, or sit in the seat of mockers. Here the Psalmist shows how, little by little, men are ordinarily induced to turn aside from the right path. When a person willingly walks after the gratification of his corrupt lusts, the practice of sinning so infatuates him, that, forgetful of himself, he grows hardened in wickedness; and this the prophet terms standing in the way of sinners. Then at length follows a desperate obstinacy, which he expresses by the figure of sitting.
But his delight is in the law of the LORD. The Psalmist does not simply pronounce those happy who fear God, but designates godliness by the study of the law, teaching us that God is only rightly served when his law is obeyed. It is not left to every man to frame a system of religion according to his own judgment, but the standard of godliness is to be taken from the Word of God. From his characterising the godly as delighting in the law of the Lord, we may learn that forced or servile obedience is not at all acceptable to God, and that those only are worthy students of the law who come to it with a cheerful mind, and are so delighted with its instructions, as to account nothing more desirable or delicious than to make progress therein. From this love of the law proceeds constant meditation on it.
By John Calvin Excerpt taken from Heart Aflame p. 1
Friday, November 1, 2013
La Fe en Acción
Hace muchos años, cuando mi esposa estaba en la capacitación de enfermeras, ella escuchó a dos trabajadoras del hospital hablando. La mujer, una negra, estaba relatando sobre sus propios pesares familiares, problemas y complicaciones. Fue un relato verdaderamente. Parecía que casi todo lo que podía salir mal le había sucedido en efecto. Dorotea misma sintió pesar cuando lo oyó. La otra mujer preguntó finalmente a la narradora qué podía hacer en el mundo, acerca de todos sus problemas. La respuesta fue clara y concisa: "Pues, chica, yo sólo digo: "Tú tómalo, Señor. Es demasiado para mí".
Vivir en la paz de Dios nos obliga a pensar de esa manera. Con demasiada frecuencia, sin embargo, nos parece que hay algo de gran mérito en la preocupación y la ansiedad, como si Dios fuera incapaz de manejar nuestros problemas sin nuestras dudas y quejas. Tratamos de demostrar cuán sensibles y preocupados somos al preocuparnos mucho y haciendo desdichados a los demás a nuestro alrededor también. Hacemos una producción pública de preocupación, para que los demás no se pierdan el hecho de nuestra ansiedad y sentir pena por nosotros.
Pero nuestro Señor nos dice que todo esto es pecado. Se nos dice que servir a Dios significa que no os preocupéis, es decir, no estar ansiosos e inquietos por el mañana, y si estamos ansiosos, manifestamos "poca fe" (Mateo 6:24-30 ). No podemos llamar a nuestra preocupación, ansiedad, e irritabilidad, un signo de la preocupación piadosa y la fe, sin que al mismo tiempo dando a entender que nuestro Señor es un mentiroso. Por lo tanto, cuando justificamos nuestro pecado, lo agravamos grandemente.
Más bien, lo que tenemos que hacer es aplicar las Palabras de Dios a todos nuestros problemas, buscar soluciones piadosas y con ellos, decir simplemente: "Tú tómalo, Señor. Es demasiado para mí". Eso es fe en acción.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg. 13
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Faith in Action
Many years ago, when my wife was in nurse's training, she overheard two hospital workers talking. The one woman, a black, was reporting on her own family griefs, troubles, and complications. It was quite an account. It seemed as if almost everything that could go wrong had indeed done so. Dorothy herself felt grief as she overheard it. The other woman finally asked the narrator what in the world she could do about all her problems. The answer was clear and to the point, "Why, girl, I just say, "You take it, Lord. It's too much for me."
Living in God's peace requires us to think like that. Too often, however, we feel that there is some great merit in fretting and anxiety, as though God were incapable of handling our problems without our second-guessing and complaining. We try to prove how sensitive and concerned we are by worrying ourselves sick and making others around us miserable as well. We make a public production of worrying, so that others will not miss the fact of our anxiety and feel sorry for us.
But our Lord tells us that all this is sin. We are told that to serve God means to take no thought, that is, not to be anxious and fretful about tomorrow, and, if we are anxious, we manifest "little faith" (Matt. 6:24-30). We cannot call our worrying, anxiety, and fretfulness a sign of godly concern and faith without at the same time implying that our Lord is a liar. Thus, when we justify our sin, we greatly compound it.
Rather, what we need to do is to apply God's Words to all our problems, seek godly solutions, and, with them, say simply, "You take it, Lord. It's too much for me." That is faith in action.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from A Word in Season p. 13
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