La música instrumental también es importante, y regularmente mencionada en la Escritura como testifica el Salmo 33:1-5:
Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.
Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacornio.
Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo.
Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.
El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
Hemos de alabar a Dios con la canción y el instrumento porque es Dios, y porque toda la tierra está bajo Su gobierno y testifica de su misericordia y juicio. La razón por la música es por lo tanto transferida desde el estado de ánimo del hombre al ser de Dios y la gracia. Mientras que el aspecto subjetivo de la música, nuestra experiencia de la gracia de Dios, nuestras penas, dolores y cargas, están muy presentes en los salmos, es el hecho objetivo del ser de Dios y la majestad que debe ser el hecho central de nuestra música. La música es llamada aquí alabanza, y es linda o digna para los íntegros para alabar a Dios. Retener la alabanza es separarnos del Señor. Nuestra música ha de ser "con un sonido fuerte", con júbilo, "porque recta es la palabra de Jehová". Es la palabra exacta y total: habla a todas nuestras necesidades y responde a cada uno de nuestros problemas. Es la gracia, y es la ley. Es la verdad y el conocimiento. Por lo tanto, nuestra música ha de ser experta y rica instrumentalmente y vocalmente.
La iglesia se ha empobrecido musicalmente, no sólo en su adoración, pero en su educación, vida familiar y vida privada. Mi abuelo materno fue asesinado por los turcos en Armenia durante una peregrinación, mientras caminaba cantando en su camino a una iglesia antigua. Es difícil imaginar a alguien haciendo eso ahora, que es también la razón por la que es difícil para la mayoría, ver cualquier victoria cristiana en el futuro, o ninguna victoria para nadie. La música en su conjunto ha dejado la edad moderna, a excepción de sus manifestaciones esquizofrénicas. Hay buena música, pero es entretenimiento, no la vida y la adoración.
Porque la música ha llegado a ser periférica a la adoración, la adoración ha llegado a ser periférica al hombre. La fe es hoy en día una cosa deformada, mínima. Especialmente con el Arminianismo, que está diciendo, "Sí, acepto a Jesús como mi Salvador personal." Esta es la mente diciendo que sí, a veces con la emoción añadida a ello. La única vez sobre que el hombre moderno pone todo su ser en cualquier cosa es cuando está asustado o aterrorizado radicalmente. Para el hombre moderno, incluso el sexo, o tal vez especialmente el sexo, está divorciado del amor, la fe y la razón. Como resultado, es una cosa superficial y efímera. En el terror, el hombre moderno funciona como un hombre completo. Por lo tanto, él corteja un terror inducido al ir a películas como El Bebé de Rosemary, Tiburón y similares. Entonces, brevemente, él está vivo hasta la próxima vez que tenga la oportunidad de aterrorizarse. Una vez más, el hombre moderno es capaz de ser un hombre completo en el odio. Como resultado, le encanta odiar. Él usará el amor como una excusa para odiar, es decir, él dirá que es su amor de un grupo minoritario, del medio ambiente natural, o algo por el estilo, que lo lleva a odiar a la mayoría de los hombres con tanta pasión. En cualquier caso, él está más vivo cuando está lleno de odio. En la década de 1960, vimos a los jóvenes universitarios normalmente apáticos e insensibles emocionalmente, llegar a estar totalmente involucrados en el odio. Casi cualquier cosa bastaba para excitar su odio, y cualquiera que no compartía su voluntad intensa de odio, estaba ante sus ojos apenas con vida.
El hombre moderno no puede ser completo excepto en términos del mal. Esto es especialmente cierto de los impíos, pero se refleja también en los cristianos, porque su maldad ha llevado a despreciar el diezmo, la ley de Dios, y por lo tanto la música. Cuando los hombres no verán el diezmo como obligatorio, como la ley de Dios, significa que ellos escogen retener en sus propias manos la iniciativa de acercarse a Dios. Es práctico, vivir el Arminianismo. La idea de apoyar a los músicos y compositores es entonces extraña y repulsiva. Entonces el hombre escoge acercarse a Dios a su manera, y a su propia discreción. Las canciones que él canta entonces son expresiones de sus sentimientos en lugar de la gloria de Dios. La canción también está entonces muerta en su corazón.
Tenemos un poco de la evidencia reveladora de la cercanía de la música a la vida en la antigua Israel en Números 21:16-18. La traducción de Moffatt transmite mejor un indicio de la naturaleza de la canción:
Luego vinieron a Beer (Pozo del pueblo), el pozo donde el Eterno dijo a Moisés: "Reúne al pueblo, y les daré agua", e Israel cantó este canto,
¡Brota, oh pozo_
Ah, canta al pozo
Que los jefes cavaron,
Que los capitanes ahondaron
empuñando sus varas
empuñando sus bastones!
La música, desde su forma más simple a sus formas más complejas, fue básica para la vida del hombre, porque era, como la vida, centrada en Dios. El punto del Salmo 33:1-5 es que cantamos al Señor porque su palabra es correcta, todas sus obras son hechas en la verdad, y su gobierno, la justicia, la misericordia y la gracia son tan gloriosamente correctas y perfectas que la canción del hombre del pacto es siempre la nueva reacción.
Por Rousas John Rushdoony Extracto tomado de La Ley y La Sociedad pg. 441
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MUSIC AND THE TITHE - Part II
Moreover, music is to be not only an expression of joy but of faith. "Sing unto the LORD, O ye saints of his, and give thanks at the remembrance of his holiness" (Ps. 30:4). A faith with poor or little music is likely also to be a faith with a weak memory for God's grace, mercy, and blessings.
Instrumental music is also important, and regularly referred to in Scripture as witness Psalm 33:1-5:
Rejoice in the LORD, O ye righteous: for praise is comely for the upright.
Praise the LORD with harp: sing unto him with the psaltery and an instrument of ten strings.
Sing unto him with a new song; play skillfully with a loud noise.
For the word of the LORD is right; and all his works are done in truth.
He loveth righteousness and judgment: the earth is full of the goodness (or, mercy) of the LORD.
We are to praise God by song and instrument because God is, and because the whole earth is under His government and witness to His mercy and judgment. The reason for music is thus transferred from man's mood to God's being and grace. While the subjective aspect of music, our experience of God's grace, our griefs, sorrows, and burdens, is very much present in the psalms, it is the objective fact of God's being and majesty which must be the central fact of our music. Music is here called praise, and it is comely or befitting for the upright to praise God. To withhold praise is to separate ourselves from the Lord. Our music is to be "with a loud noise," with jubilation, "for the word of the LORD is right." It is the exact and total word: it speaks to our every need and answers our every problem. It is grace, and it is law. It is truth and knowledge. Hence, our music is to be skillful and rich instrumentally and vocally.
The church has beggared itself musically, not only in its worship, but in its education, family life, and private life. My maternal grandfather was killed by Turks in Armenia while on a pilgrimage, as he walked singing on his way to an ancient church. It is difficult to imagine someone doing that now, which is also why it is difficult for most to see any Christian victory in the future, or any victory for anyone. Music on the whole has left the modern age, except for its schizophrenic manifestations. There is good music, but it is entertainment, not life and worship.
Because music has become peripheral to worship, worship has become peripheral to man. Faith today is a warped, minimal thing. Especially with Arminianism, it is saying, "Yes, I accept Jesus as my personal Savior." This is the mind saying yes, with sometimes emotion added to it. About the only time modern man puts his whole being into anything is when he is radically frightened or terrified. For the modern man, even sex, or perhaps especially sex, is divorced from love, faith and reason. As a result, it is a shallow and ephemeral thing. In terror, modern man functions as a whole man. He therefore courts an induced terror by going to films like Rosemary's Baby, Jaws and the like. Then, briefly, he is alive until the next time he has an opportunity to terrify himself. Again, modern man is able to be a whole man in hatred. As a result he loves to hate. He will use love as an excuse for hating, i.e., he will claim that it is his love of a minority group, of the natural environment, or some such thing, that leads him to hate most men so passionately. In any case, he is most alive when he is filled with hatred. In the 1960's, we saw normally apathetic and emotionally callous college youth become totally involved in hatred. Almost anything sufficed to excite their hatred, and anyone not sharing their intense will to hate was in their eyes hardly alive.
Modern man cannot be whole except in terms of evil. This is especially true of the ungodly, but it is reflected also in Christians, because their lawlessness has led to despising the tithe, God's law, and hence music. When men will not see the tithe as mandatory, as God's law, it means that they choose to retain in their own hands the initiative in approaching God. It is practical, living Arminianism. The idea of supporting musicians and composers is then alien and repellant. Man then chooses to approach God in his own way, and at his own discretion. The songs he then sings are expressive of his feelings rather than the glory of God. Song too is then dead in his heart.
We have a telling bit of evidence of the closeness of music to life in ancient Israel in Numbers 21:16-18. Moffatt's rendering best conveys a hint of the nature of the song:
Then they pushed on to Beer (Welltown), the Beer where the eternal said to Moses, "Gather the people and I will give them water"; and Israel sang this song,
Spring up, O well_
Ah, sing to the well
That chieftains dug,
That captains delved
wielding their wands
wielding their staves!
Music, from its simplest to its more complex forms, was basic to man's life because it was, like life, God's centered. The point of Psalm 33:1-5 is that we sing to the Lord because His word is right, all His works are done in truth, and His government, justice, mercy, and grace are so gloriously right and perfect that song is the covenant man's ever new response.
By Rousas John Rushdoony Excerpt taken from Law and Society p. 441
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