...Esta es una declaración honesta y verdadera. Nos encontramos en medio de una revolución homosexual dirigida contra la fe bíblica y la moralidad. Al homosexual nos lo presentan como el maltratado, incomprendido, alma sensible.
Por mucho tiempo, durante siglos, en realidad, los homosexuales, incluso
donde eran aceptados, han sido una fraternidad hostil, secreta dentro de
la sociedad, muy a menudo estrechamente vinculada con cada tipo de
sociedad secreta. Luis
XIV tuvo que lidiar con un orden de sodomitas en su propia corte, y similares organizaciones han sido observadas repetidamente.
Al
acudir a los eruditos de la iglesia, uno esperaría cierta
resistencia a esta revolución, pero, en cambio, la iglesia se está
convirtiendo en una parte importante de la revolución. Por lo tanto, una publicación de la iglesia exige que tratemos a las lesbianas como "seres humanos individuales," no como homosexuales. Se nos pide darle una circunvalación a la perspectiva de Dios del asunto, a favor de la perspectiva autónoma, apóstata del hombre. En resumen, se exige una simpatía radical por el homosexual. Dan razones fantásticas para la condenación bíblica de la homosexualidad. El "problema" es visto como psicológico y evolutivo, en lugar de términos teológicos y estándares bíblicos. Se dice que la causa de la homosexualidad es el medio ambiente, y no el pecado. Un
escritor, Thielicke está consciente de que la Escritura declara que la
homosexualidad se debe entender sólo teológicamente, pero todavía
pide una solución humanista.
Antes
de analizar el punto de vista teológico, es bueno señalar
algunas de las características centrales del homosexual según lo
informado por personas que de ninguna manera son hostiles a ellos. Primero, el homosexual tiene un miedo anormal al envejecimiento y la muerte. Como
resultado, los homosexuales insisten en vestirse y actuar en la suposición de la eterna juventud, en particular, la juventud inmadura. En todo momento, se debe mantener la fachada de la juventud. Esta
"adoración" de la juventud e inmadurez conduce a la adopción de estilos
que hacen hincapié en estos aspectos y evocan a la mente al niño inocente. Se invoca un mundo amoral de la infancia perpetua. Ya que la madurez significa responsabilidad, la ley y los estándares, un
segundo aspecto de la cultura homosexual es la exaltación de la
vulgaridad estudiada en gran estilo.
...
Este es un aspecto del antinomianismo homosexual: al reemplazar buenos estándares por estilos arbitrarios y vulgares, el
homosexual deriva una satisfacción profunda: él está subvirtiendo, él cree, la ley máxima y afirma la autonomía del hombre.
Tercero, la cultura homosexual es amargamente hostil a la familia, y, en sus
maneras intelectuales, trabaja para socavar a la familia y también la cultura de
la ciudad pequeña. Debido
al extenso control de los homosexuales en las modas y publicaciones, la mente y la apariencia de los países occidentales han
sido infectados radicalmente por la cultura homosexual parásita. Los
cánones de la cultura homosexual son ahora los estándares del jet set
de la adoración a la juventud, del mundo del arte y las modas, y de los
intelectuales modernos. La cultura humanística moderna está en gran medida coloreada e imbuida de la cultura homosexual. Muchas de las sectas del amor libre y del intercambio de esposas están fuertemente teñidas de matices y actividades homosexuales.
Cuarto, debido a que el homosexual vive en contra de la realidad y en
un mundo de imaginación, él ha encontrado, por lo tanto, el teatro como
un elemento feliz para su autorrealización. Henriques
señaló "la conexión del escenario romano con la homosexualidad; una
tradición que ha perdurado en el teatro europeo hasta nuestros días." También
citó el hecho de que "la relación del escenario y la
prostitución que había florecido desde la Edad Media fue continuado y mejorado en el
siglo XVIII.
Para volver a la ley, la Biblia no tiene reservas en su condenación de la homosexualidad:
No te echarás con varón como con mujer; es abominación (Lv. 18:22).
Si
alguno se ayuntare con varón como con mujer,
abominación hicieron ambos han de ser muertos;
sobre ellos será su sangre. (Lv. 20:13).
No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel (Dt.23:17).
Esto
está sin duda lo suficientemente claro, y no hay un solo texto en
todo el Nuevo Testamento que indique que esta pena ha sido alterada o
eliminada (en Romanos 1:32 San Pablo de hecho la confirma), sin embargo, prácticamente todos los teólogos circunvalan esta ley y no observan su requisito. De hecho, San Pablo citó la homosexualidad como la culminación de la apostasía del hombre (Ro. 1:18-32). La descripción de San Pablo del acto es reveladora:
Y
de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución
debida a su extravío. (Ro. 1:27).
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de La Institución de la Ley Bíblica pg. 424
http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
____________________________________________________
Homosexuality
...This is an honest statement and a true one. We are in the midst of a homosexual revolution aimed against Biblical faith and morality. The homosexual is presented to us as the mistreated, misunderstood, sensitive soul.
For a long time, for ages, in fact, homosexuals, even where accepted, have been a secret, hostile fraternity within society, very often closely linked with every kind of secret society. Louis XIV had to deal with an order of sodomites in his own court, and similar organizations have been repeatedly noted.
In turning to the scholars of the church, one would hope for some resistance to this revolution, but, instead, the church is becoming a major part of the revolution. Thus, one church publication demands that we treat lesbians as "individual human beings," not as homosexuals. We are asked to by-pass God's view of the matter in favor of autonomous, apostate man's view. In short, a radical sympathy for the homosexual is demanded. Fantastic reasons are given for the Biblical condemnation of homosexuality. The "problem" is viewed as psychological and evolutionary rather than Biblical and theological terms and standards. The cause of homosexuality is said to be environment, not sin. One writer, Thielicke is aware that Scripture declares that homosexuality is to be understood theologically only, but he still calls for a humanistic solution.
Before analyzing the theological perspective, it is well to note some of the central characteristics of the homosexual as reported by people who are by no means hostile to them.
First, the homosexual has an abnormal fear of aging and of death. As a result, homosexuals insist on dressing and acting on the assumption of perpetual youth, in particular, immature youth. At all times, the facade of youth must be maintained. This "worship" of youth and immaturity leads to the adoption of styles which stress these aspects and recall the innocent child to mind. An amoral world of perpetual childhood is invoked. Since maturity means responsibility, law, and standards, a
second aspect of homosexual culture is the exaltation of studied vulgarity into high style.
...This is an aspect of
homosexual antinomianism: by replacing sound standards with arbitrary and vulgar styles, the homosexual derives a deep satisfaction: he is subverting, he believes, ultimate law and asserting man's autonomy.
Third, homosexual culture is bitterly hostile to the family, and, in its intellectual fashions, works to undercut the family and small-town culture as well. Because of the extensive control by homosexuals over fashions and publications, the mind and appearance of Western countries have been radically infected by the parasitic homosexual culture. The canons of homosexual culture are now the standards of the youth-worshipping jet set, of the world of art and fashions, and of the modern intellectuals. Modern humanistic culture is to a great degree colored and imbued with homosexual culture. Many of the free-love and wife-swapping cults are strongly tinged with homosexual overtones and activities.
Fourth, because the homosexual lives against reality and in a world of make-believe, he has therefore found the theater to be a happy element for his self-realization. Henriques noted "the connection of the Roman stage with homosexuality_a tradition which has persisted in the European theatre to the present day." He also cited the fact that "The relationship of the stage and whoredom which had flourished since the Middle Ages was continued and enhanced in the eighteenth century.
To turn to the law, the bible is without reservation in its condemnation of homosexuality:
Thou shall not lie with mankind, as with womankind: it is abomination (Lev. 18:22).
If a man also lie with mankind, as he lieth with a woman, both of them have commited an abomination: they shall surely be put to death: their blood shall be upon them (Lev. 20:13).
There shall be no whore of the daughters of Israel, nor a sodomite of the sons of Israel (Deut.23:17).
This is certainly is clear enough, and there is not a single text in all the New Testament to indicate that this penalty has been altered or removed (in Romans 1:32 St. Paul in fact confirms it), yet virtually all theologians by-pass this law and disregard its requirement. In fact, St. Paul cited homosexuality as the culmination of man's apostasy (Rom. 1:18-32). St. Paul's description of the act is revealing:
And likewise also the men, leaving the natural use of the woman, burned in their lust one toward another; men with men working that which is unseemly, and receiving in themselves that recompense of their error which was meet (Rom. 1:27).
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from
The Institutes of Biblical Law p. 420
http://chalcedon.edu/