Sunday, September 29, 2013
La Soledad
Allá por la década de 1930, una famosa actriz era bien conocida por su insistencia en evitar a las personas. "Quiero estar sola" era su lema. No es sorprendente que esta misma actriz, en aquella época y hasta su muerte, fue conocida también como una mujer infeliz.
Estando en una multitud o en un grupo no garantiza la felicidad como tampoco la soledad, nos la puede dar. La felicidad no es un producto de cualquiera de las personas o la ausencia de las personas. No podemos encontrar la felicidad, ya sea evitando a las personas o mezclandose con la gente sin parar o siguiendo a la multitud.
De todos modos, la felicidad no es un producto de estar solo, y es en algún sentido relacionada a una vida compartida con los demás. Un viejo dicho francés resume el asunto elocuentemente: "Todas las cosas se pueden aprender en la soledad, excepto el carácter." El conocimiento, la sabiduría, las habilidades y mucho más se pueden obtener de la soledad, pero no el carácter. Mientras que el carácter no es un producto social, su prueba y crecimiento requiere de la sociedad.
A nuestro carácter se le da su dirección por nuestra fe o la falta de fe en el Dios trino. Nuestra fe en Cristo establece la dirección de nuestro crecimiento. El alcance de nuestro crecimiento depende entonces de nuestra continua relación con Dios y el hombre.
La Biblia, de principio a fin, nos da mandamientos que rigen nuestra relación con Dios y con el hombre, y nuestra santificación, nuestro crecimiento en la gracia, la santidad, la paz, la fuerza y la felicidad, dependen de nuestro crecimiento en nuestras relaciones con Dios y con el hombre. No puede haber santificación de forma aislada, ya sea de Dios o el hombre.
No es sorprendente que las personas que evitan a Dios y al hombre, que quieren ser " libres" de la religión y de las obligaciones paternales y sociales, también son personas muy infelices. Ellos se están rebelando contra el contexto de la felicidad y el crecimiento. Hay una muy alta tasa de suicidios entre las llamadas "personas libres" y con buena razón.
No hay crecimiento, ni paz, ni felicidad en la soledad. Al tratar de escapar de la responsabilidad a Dios y al hombre, ellos también están escapando de la vida misma, porque la vida es responsabilidad. Es una comunidad de Dios y de los hombres. Es el crecimiento, y son los problemas. En el infierno no hay comunidad. Es la totalidad de la soledad.
Los intentos por tanto, a "alejarse de todo" son misiones para la muerte. La vida no es la soledad. Podemos morir solos si queremos, pero no podemos nacer solos o vivir solos. Somos parte del mundo de Dios y de la comunidad que Él creó.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg. 62
http://chalcedon.edu/
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Solitude
Back in the 1930s, a famous actress was well-known for her insistence on avoiding people. "I want to be alone" was her motto. Not surprisingly, this same actress, then and until her death, was known also as an unhappy woman.
Being in a crowd or in a group does not ensure happiness any more than being alone can give it to us. Happiness is not a product of either people or the absence of people. We cannot find happiness either by avoiding people or by mingling endlessly with people or by following the crowd..
All the same, happiness is not a product of being alone, and it is in some sense related to a life shared with others. An old French saying sums up the matter telling: "All things can be learned in solitude except character." Knowledge, wisdom, skills and much else can be gained from solitude, but not character. While character is not a social product, its testing and growth require society.
Our character is given its directions by our faith or lack of faith in the triune God. Our faith in Christ sets the direction of our growth. The extent of our growth then depends on our continuing relationship with God and man.
The Bible, from cover to cover, gives us commandments which govern our relationship to God and to man, and our sanctification, our growth in grace, holiness, peace, strength, and happiness, depend on our growth in our relationships with God and with man. There can be no sanctification in isolation from either God or man.
Not surprisingly, people who avoid God and man, who want to be "free" from religion and parental and social obligations, are also very unhappy people. They are rebelling against the very context of happiness and growth. There is a very high suicide rate among these so-called "free people" and with good reason.
There is neither growth, nor peace, nor happiness in solitude. By trying to escape from responsibility to God and to man, they are also escaping from life itself, because life is responsibility. It is a community of God and men. It is growth, and it is problems. In hell there is no community. It is the totality of solitude.
Attempts therefore to "get away from it all" are quests for death. Life is not solitude. We may die alone if we choose, but we cannot be born alone or live alone. We are a part of God's world and the community He created.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from A Word in Season p. 62
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Thursday, September 19, 2013
Cómo Contaminar a Otras Personas
Recuerdo hace algunos años, oir de un hombre que había trabajado algunos años para resolver un problema de ingeniería, sin éxito. Luego, cuando sintió que la solución estaba cerca y en una dirección particular, se enteró de que alguien acababa de salir con la misma invención, y lo había patentado, habiendo aprendido la respuesta casi por accidente.
Sería fácil para un hombre como él estar amargado. El punto de vista más amplio sería decir que todos los hombres están mejor porque el problema se resolvió rápidamente, pero muchos de nosotros no somos tan considerados. Sin embargo, deberíamos serlo.
La Biblia nos dice que hay una manera fácil de contaminar y angustiar a muchas personas, e infectarlas con una vista amarga de la vida. En Hebreos 12:1-16, se nos advierte mirar diligentemente en algunas áreas de la vida donde muchos problemas comienzan para individuos, iglesias y comunidades. No debemos caer de la gracia de Dios. Debe ser nuestra constante fuerza y confianza. Debemos evitar la fornicación y la profanidad de Esaú, es decir, vivir fuera de Dios y su Palabra, y perdiendo por lo tanto nuestro derecho de primogenitura cristiano. Otra advertencia es especialmente fuerte: debemos tener cuidado de "alguna raíz de amargura", que, al crecer en nosotros, no sólo nos va a molestar, sino también profanar y contaminar a los que nos rodean.
La amargura es algo que a menudo alimentamos. Vemos los problemas que nos rodean, las derrotas que sufrimos, o que nuestra causa sufre, y nos resentimos. La amargura es una cosa muy personal. Comparamos nuestras esperanzas con nuestras realidades, y sentimos nuestra fuerte frustración con una intensidad que no podemos expresar plenamente.
El trabajo de otro hombre prospera, mientras que el nuestro fracasa. El hijo de otra mujer es una alegría ver, y el nuestro nos avergüenza y nos aflige. Podemos hacer una larga lista de nuestros problemas y sus injusticias. Podemos guardalos para nosotros, pero la Escritura dice que todavía contaminan o corrompen a muchos.
La amargura es como el cáncer. Crece sin control, y después de un punto, mata. En todo momento, es destructor de la vida. la amargura también es como una plaga. Infecta a otras personas .
La respuesta no es "el pensamiento positivo" o psicológico de autoayuda. Para evitar la raíz de la amargura, debemos mirar diligentemente, no sea que nos "deje de alcanzar la gracia de Dios." En lugar de una amargura profana o contaminante, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Heb. 12:14).
Sin embargo, si quieres contaminar a las personas que te rodean, justifica, alimenta y mima tu amargura. Pronto infectará a muchas personas a tu alrededor y las hará amargadas y sin esperanza como tú. Otros pronto sostendran que el cinismo es conocimiento y la fe es estupidez, y tú te habrás convertido en un agente misionero eficaz de la contaminación.
Tu raíz de amargura, pondrá una plaga matadora con todo lo que trabajas, y será una profecía autocumplida del fracaso. En resumen, la amargura es una forma efectiva de contaminar y destruir las vidas y esperanzas de quienes te rodean. Por supuesto, su primera víctima serás tú mismo.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg. 18
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How to Pollute Other People
I recall some years ago hearing of a man who had worked some years to solve an engineering problem, without success. Then, when he felt the solution was near and in a particular direction, he learned that someone else had just come up with the same invention, and patented it, having learned the answer almost by accident.
It would be easy for a man like that to be bitter. The broader view would be to say that all men are better off because a problem was solved faster, but not many of us are that thoughtful. However, we should be.
The Bible tells us that there is an easy way to pollute and distress many people, and to infect them with a sour view of life. In Hebrews 12:1-16, we are warned to look diligently at some areas of life where much trouble begins for individuals, churches, and communities. We should not fall back from the grace of God. It should be our constant strength and confidence. We should avoid fornication, and the profaneness of Esau, i.e., living outside of God and His Word, and thereby forfeiting our Christian birthright. Another warning is especially telling: we must beware of "any root of bitterness" which, growing up in us, will not only trouble us, but also defile and pollute those around us.
Bitterness is something we often nurse. We see the problems around us, the defeats we suffer, or our cause suffers, and we resent it. Bitterness is an intensely personal thing. We compare our hopes with our realities, and we feel our strong frustration with an intensity we cannot fully express.
Another man's work thrives, while ours founders. Another woman's child is a joy to see, and ours shames us and grieves us. We can make a long catalog of our problems and their unfairness. We may keep them to ourselves, but Scripture says that they still pollute or defile many.
Bitterness is like cancer. It grows unchecked, and after a point, it kills. At all times, it is destructive of life. Bitterness is also like a plague. It infects other people.
The answer is not "positive thinking" or psychological self-help. To avoid the root of bitterness, we must look diligently lest we "fail of the grace of God." Instead of a defiling or polluting bitterness, "Follow peace with all men, and holiness, without which no man shall see the Lord" (Heb. 12:14).
However, if you want to pollute the people around you, justify, nurse, and coddle your bitterness. It will soon infect many people around you and make them as sour and hopeless as you are. Others will soon hold that cynicism is knowledge and faith is stupidity, and you will have become an effective missionary agent for pollution.
Your root of bitterness will put a killing blight on everything you work with, and it will be a self-fulfilling prophecy of failure. In brief, bitterness is an effective way of polluting and destroying the lives and hopes of those around you. Of course, your first victim will be yourself.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from A Word in Season p. 18
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Thursday, September 5, 2013
La Educación y la Familia - 2da Parte
Tercero, porque la ley es intensamente práctica, la educación hebrea era intensamente práctica. La
opinión común sostenía que un hombre que no enseña a su hijo la ley y
un oficio, la capacidad de trabajar, lo criaba para que fuera un tonto y un
ladrón. Se dice que Simeón, el hijo del famoso Gamaliel, observó: "No aprender, sino hacer es lo principal." Josefo, en su obra Contra Apión comparó la educación de los hebreos con la de los griegos. La educación
griega se desvió de lo severamente práctico a lo abstracto y teórico, señaló, mientras que la ley bíblica tiene una relación saludable entre el
principio y la práctica .
Cuarto, la educación bíblica, siendo centrada en la familia y enfatizando la responsabilidad de los padres e hijos, producía personas responsables. Una persona criada y educada en la doctrina de que tiene la responsabilidad de cuidar de sus padres cuando surja la necesidad, proveer por sus hijos, y en la medida de sus posibilidades, dejar una herencia de disciplina moral y ejemplo, así como la riqueza material, es una persona altamente sintonizada con la responsabilidad. En un sistema educativo así, el Estado no es la parte responsable, sino es la familia, y el hombre tiene el deber de ser un jefe competente y proveedor de su casa, y la esposa una ayuda idónea experta para su marido. El abandono de una educación orientada a la familia conduce a la destrucción de la masculinidad, y hace que las mujeres sean lujos para los hombres o competidoras agresivas a los hombres. Los hombres y las mujeres habiendo perdido su función, giran inestables y sin un sentido legítimo de función. La educación moderna abstrae el conocimiento; el especialista se enorgullece de no saber nada fuera de su campo y lleva su negativa de relacionar sus conocimientos a otras áreas como una medalla de honor. Si el erudito busca la relatividad social, de nuevo es sin un principio trascendental, y el resultado es una inmersión en el proceso social sin una estructura de valores; todo lo demás se dio de baja como sin sentido salvo el proceso que en el momento se convierte en la estructura encarnada.
En la educación moderna, el Estado es el educador y el Estado es considerado como el organismo responsable en vez que el hombre. Tal perspectiva trabaja para destruir al alumno, cuya lección básica llega a ser una dependencia del Estado. Se acude al Estado, en vez que a la persona y la familia, para la decisión moral y la acción, y el papel moral del individuo es consentir y postrarse ante el Estado. La educación estatista es, por lo menos implícitamente, antibíblica incluso cuando y donde se da a la Biblia un lugar en el plan de estudios.
Quinto, lo básico para el llamamiento de cada niño es ser un miembro de una familia. Prácticamente todos los niños algún día llegarán a ser esposos y esposas, y padres o madres. La escuela estatal es destructiva de este llamamiento. Sus intentos de satisfacer la necesidad son esencialmente externos y mecánicos, es decir, en los cursos de la economía del hogar, la educación sexual, y similares. Pero la formación esencial para la vida familiar es la vida familiar y una escuela y una sociedad orientada a la familia. Quiere decir la educación bíblica. Quiere decir disciplina y la formación en la responsabilidad piadosa.
La escuela estatista, por otra parte, básicamente entrena a las mujeres a ser hombres; no es de extrañar que muchas están descontentas por ser mujeres. Tampoco los hombres están más contentos, en ese dominio en la educación moderna, se transfiere del hombre al Estado, y el hombre es afeminado progresivamente. La mayor víctima de la educación moderna es el estudiante varón. Ya que el dominio es por el propósito creativo de Dios, un aspecto fundamental del hombre, toda la educación que disminuye el llamamiento del hombre a ejercer dominio también disminuye al hombre al mismo grado .
Sexto, la educación bíblica enfatizó el aprendizaje, el aprendizaje piadoso. Los proverbios judíos enfatizaron esto. Ya nos hemos referido a uno: "Así como al hombre se le exigía enseñar a su hijo la Torá, también se le exigía enseñarle un oficio." Por otra parte, "El que enseña al hijo de su prójimo la Torá, es como si lo hubiera engendrado." Pero, supremamente, "Un hombre ignorante no puede ser santo". Ya que, la santidad no es un acto que surge por sí mismo, sino que requiere una conformidad a la ley de Dios y la justicia, un hombre ignorante no puede ser santo. Además, ya que el conocimiento no surge por sí mismo, y el significado de la objetividad no proviene de hechos, sino del Creador, el conocimiento requiere como presuposición en todas las áreas del conocimiento de Dios, cuyo temor es el principio de la sabiduría y el conocimiento.
Se necesita más que nunca recalcar que los mejores y verdaderos educadores son los padres bajo Dios. La mejor escuela es la familia. En el aprendizaje, ningún acto de enseñanza en cualquier escuela o universidad se compara con la tarea rutinaria de las madres en la enseñanza a un bebé que no habla el idioma, la lengua materna en tan poco tiempo. Ninguna otra tarea en la educación se iguala a esto. La formación moral del niño, la disciplina de los buenos hábitos, es una herencia de los padres al hijo, que supera a todos los demás. La familia es la primera escuela y básica del hombre.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de La Institución de la Ley Bíblica pg.183
http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
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Education and the Family - Part II
Third, because the law is intensely practical, Hebrew education was intensely practical. The common opinion held that a man who did not teach his son the law and the trade, the ability to work, reared him to be a fool and a thief. It is said that Simeon, the son of the famed Gamaliel, observed: "Not learning but doing is the chief thing." Josephus, in his work Against Apion compared the education of the Hebrews with that of the Greeks. Greek education veered from the severely practical to the abstract and theoretical, he pointed out, whereas Biblical law has a healthy relationship between principle and practice.
Fourth, Biblical education, being family-centered and emphasizing the responsibility of parents and children, was productive of responsible people. A person reared and schooled in the doctrine that he has a responsibility to care for his parents as need arises, provide for his children, and, to the best of his ability, leave an inheritance of moral discipline and example as well as material wealth, is a person highly attuned to responsibility. In such an educational system, the state is not the responsible party but the family is, and the man has a duty to be a competent and provident head of his household, and the wife a skilled helpmeet to her husband. The abandonment of a family-oriented education leads to the destruction of masculinity, and it renders women either fluffy luxuries for men or aggressive competitors to men. Men and women having lost their function gyrate unstably and without a legitimate sense of function. Modern education abstracts knowledge; the specialist prides himself on knowing nothing outside his field and wears his refusal to relate his knowledge to other areas as a badge of honor. If the scholar seeks social relativity, again it is without a transcendental principle, and the result is an immersion in the social process without a value structure; all else is charged off as meaningless save the process which at the moment becomes the incarnate structure.
In modern education, the state is the educator, and the state is held to be the responsible agency rather than man. Such a perspective works to destroy the pupil, whose basic lesson becomes a dependence on the state. The state rather than the individual and the family, is looked to for moral decision and action, and the moral role of the individual is to assent to and bow down before the state. Statist education is at the very least implicitly anti-Biblical, even when and where it gives the Bible a place in the curriculum.
Fifth, basic to the calling of every child is to be a member of a family. Virtually all children will some day become husbands and wives, and fathers or mothers. The statist school is destructive of this calling. Its attempts to meet the need are essentially external and mechanical, i.e., home economics courses, sex education, and the like. But the essential training for family life is family life and a family-oriented school and society. It means Biblical education. It means discipline, and training in godly responsibility.
The statist school, moreover, basically trains women to be men; it is not surprising that so many are unhappy at being women. Nor are men any the happier, in that dominion in modern education is transferred from man to the state, and man is progressively emasculated. The major casuality of modern education is the male student. Since dominion is by God's creative purpose a basic aspect of man, any education which diminishes man's calling to exercise dominion also diminishes man to the same degree.
Sixth, Biblical education emphasized learning, godly learning. Jewish proverbs emphasized this. We have already referred to one, "Just as a man is required to teach his son Torah, so is he required to teach him a trade." Moreover, "He who teaches his neighbor's son Torah, it is as if he had begotten him." But, supremely, "An ignorant man cannot be saintly". Since holiness is not a self-generating act but requires a conformity to God's law and righteousness, an ignorant man cannot be saintly. Moreover, since knowledge is not self-generating, and the meaning of factuality comes not from facts but from the Creator, knowledge requires as its presupposition in every area the knowledge of God, whose fear is the beginning of wisdom and knowledge.
It needs more than ever to be stressed that the best and truest educators are parents under God. The greatest school is the family. In learning, no act of teaching in any school or university compares to the routine task of mothers in teaching a babe who speaks no language the mother tongue in so short a time. No other task in education is equal to this. The moral training of the child, the discipline of good habits, is an inheritance from the parents to the child which surpasses all other. The family is the first and basic school of man.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from The Institutes of Biblical Law p.183
http://chalcedon.edu/
Cuarto, la educación bíblica, siendo centrada en la familia y enfatizando la responsabilidad de los padres e hijos, producía personas responsables. Una persona criada y educada en la doctrina de que tiene la responsabilidad de cuidar de sus padres cuando surja la necesidad, proveer por sus hijos, y en la medida de sus posibilidades, dejar una herencia de disciplina moral y ejemplo, así como la riqueza material, es una persona altamente sintonizada con la responsabilidad. En un sistema educativo así, el Estado no es la parte responsable, sino es la familia, y el hombre tiene el deber de ser un jefe competente y proveedor de su casa, y la esposa una ayuda idónea experta para su marido. El abandono de una educación orientada a la familia conduce a la destrucción de la masculinidad, y hace que las mujeres sean lujos para los hombres o competidoras agresivas a los hombres. Los hombres y las mujeres habiendo perdido su función, giran inestables y sin un sentido legítimo de función. La educación moderna abstrae el conocimiento; el especialista se enorgullece de no saber nada fuera de su campo y lleva su negativa de relacionar sus conocimientos a otras áreas como una medalla de honor. Si el erudito busca la relatividad social, de nuevo es sin un principio trascendental, y el resultado es una inmersión en el proceso social sin una estructura de valores; todo lo demás se dio de baja como sin sentido salvo el proceso que en el momento se convierte en la estructura encarnada.
En la educación moderna, el Estado es el educador y el Estado es considerado como el organismo responsable en vez que el hombre. Tal perspectiva trabaja para destruir al alumno, cuya lección básica llega a ser una dependencia del Estado. Se acude al Estado, en vez que a la persona y la familia, para la decisión moral y la acción, y el papel moral del individuo es consentir y postrarse ante el Estado. La educación estatista es, por lo menos implícitamente, antibíblica incluso cuando y donde se da a la Biblia un lugar en el plan de estudios.
Quinto, lo básico para el llamamiento de cada niño es ser un miembro de una familia. Prácticamente todos los niños algún día llegarán a ser esposos y esposas, y padres o madres. La escuela estatal es destructiva de este llamamiento. Sus intentos de satisfacer la necesidad son esencialmente externos y mecánicos, es decir, en los cursos de la economía del hogar, la educación sexual, y similares. Pero la formación esencial para la vida familiar es la vida familiar y una escuela y una sociedad orientada a la familia. Quiere decir la educación bíblica. Quiere decir disciplina y la formación en la responsabilidad piadosa.
La escuela estatista, por otra parte, básicamente entrena a las mujeres a ser hombres; no es de extrañar que muchas están descontentas por ser mujeres. Tampoco los hombres están más contentos, en ese dominio en la educación moderna, se transfiere del hombre al Estado, y el hombre es afeminado progresivamente. La mayor víctima de la educación moderna es el estudiante varón. Ya que el dominio es por el propósito creativo de Dios, un aspecto fundamental del hombre, toda la educación que disminuye el llamamiento del hombre a ejercer dominio también disminuye al hombre al mismo grado .
Sexto, la educación bíblica enfatizó el aprendizaje, el aprendizaje piadoso. Los proverbios judíos enfatizaron esto. Ya nos hemos referido a uno: "Así como al hombre se le exigía enseñar a su hijo la Torá, también se le exigía enseñarle un oficio." Por otra parte, "El que enseña al hijo de su prójimo la Torá, es como si lo hubiera engendrado." Pero, supremamente, "Un hombre ignorante no puede ser santo". Ya que, la santidad no es un acto que surge por sí mismo, sino que requiere una conformidad a la ley de Dios y la justicia, un hombre ignorante no puede ser santo. Además, ya que el conocimiento no surge por sí mismo, y el significado de la objetividad no proviene de hechos, sino del Creador, el conocimiento requiere como presuposición en todas las áreas del conocimiento de Dios, cuyo temor es el principio de la sabiduría y el conocimiento.
Se necesita más que nunca recalcar que los mejores y verdaderos educadores son los padres bajo Dios. La mejor escuela es la familia. En el aprendizaje, ningún acto de enseñanza en cualquier escuela o universidad se compara con la tarea rutinaria de las madres en la enseñanza a un bebé que no habla el idioma, la lengua materna en tan poco tiempo. Ninguna otra tarea en la educación se iguala a esto. La formación moral del niño, la disciplina de los buenos hábitos, es una herencia de los padres al hijo, que supera a todos los demás. La familia es la primera escuela y básica del hombre.
Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de La Institución de la Ley Bíblica pg.183
http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
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Education and the Family - Part II
Third, because the law is intensely practical, Hebrew education was intensely practical. The common opinion held that a man who did not teach his son the law and the trade, the ability to work, reared him to be a fool and a thief. It is said that Simeon, the son of the famed Gamaliel, observed: "Not learning but doing is the chief thing." Josephus, in his work Against Apion compared the education of the Hebrews with that of the Greeks. Greek education veered from the severely practical to the abstract and theoretical, he pointed out, whereas Biblical law has a healthy relationship between principle and practice.
Fourth, Biblical education, being family-centered and emphasizing the responsibility of parents and children, was productive of responsible people. A person reared and schooled in the doctrine that he has a responsibility to care for his parents as need arises, provide for his children, and, to the best of his ability, leave an inheritance of moral discipline and example as well as material wealth, is a person highly attuned to responsibility. In such an educational system, the state is not the responsible party but the family is, and the man has a duty to be a competent and provident head of his household, and the wife a skilled helpmeet to her husband. The abandonment of a family-oriented education leads to the destruction of masculinity, and it renders women either fluffy luxuries for men or aggressive competitors to men. Men and women having lost their function gyrate unstably and without a legitimate sense of function. Modern education abstracts knowledge; the specialist prides himself on knowing nothing outside his field and wears his refusal to relate his knowledge to other areas as a badge of honor. If the scholar seeks social relativity, again it is without a transcendental principle, and the result is an immersion in the social process without a value structure; all else is charged off as meaningless save the process which at the moment becomes the incarnate structure.
In modern education, the state is the educator, and the state is held to be the responsible agency rather than man. Such a perspective works to destroy the pupil, whose basic lesson becomes a dependence on the state. The state rather than the individual and the family, is looked to for moral decision and action, and the moral role of the individual is to assent to and bow down before the state. Statist education is at the very least implicitly anti-Biblical, even when and where it gives the Bible a place in the curriculum.
Fifth, basic to the calling of every child is to be a member of a family. Virtually all children will some day become husbands and wives, and fathers or mothers. The statist school is destructive of this calling. Its attempts to meet the need are essentially external and mechanical, i.e., home economics courses, sex education, and the like. But the essential training for family life is family life and a family-oriented school and society. It means Biblical education. It means discipline, and training in godly responsibility.
The statist school, moreover, basically trains women to be men; it is not surprising that so many are unhappy at being women. Nor are men any the happier, in that dominion in modern education is transferred from man to the state, and man is progressively emasculated. The major casuality of modern education is the male student. Since dominion is by God's creative purpose a basic aspect of man, any education which diminishes man's calling to exercise dominion also diminishes man to the same degree.
Sixth, Biblical education emphasized learning, godly learning. Jewish proverbs emphasized this. We have already referred to one, "Just as a man is required to teach his son Torah, so is he required to teach him a trade." Moreover, "He who teaches his neighbor's son Torah, it is as if he had begotten him." But, supremely, "An ignorant man cannot be saintly". Since holiness is not a self-generating act but requires a conformity to God's law and righteousness, an ignorant man cannot be saintly. Moreover, since knowledge is not self-generating, and the meaning of factuality comes not from facts but from the Creator, knowledge requires as its presupposition in every area the knowledge of God, whose fear is the beginning of wisdom and knowledge.
It needs more than ever to be stressed that the best and truest educators are parents under God. The greatest school is the family. In learning, no act of teaching in any school or university compares to the routine task of mothers in teaching a babe who speaks no language the mother tongue in so short a time. No other task in education is equal to this. The moral training of the child, the discipline of good habits, is an inheritance from the parents to the child which surpasses all other. The family is the first and basic school of man.
By R. J. Rushdoony Excerpt taken from The Institutes of Biblical Law p.183
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