Tuesday, November 27, 2012

LA MUJER QUE TEME A JEHOVÁ - II Parte

2. La Naturaleza del Temor del Señor

Este [el temor de Dios] es aquella reverencia afectuosa por la cual el hijo de Dios se inclina humildemente y con mucho cuidado a la ley de su Padre. Su ira es tan amarga, y su amor tan dulce, que por lo tanto surge un deseo sincero de agradarle. - Bridges


   a. Los Dos Elementos del Temor del Señor


     
(1.) El Temor del Juicio Santo y Justo de Dios Todopoderoso


Mi carne se ha estremecido por temor de ti, y de tus juicios tengo miedo, Salmo 119:120.

   
(Ver también Deuteronomio 17:13, 21:21, Salmo 119:120, 27:1, 3:6, Filipenses 2:12,13, Romanos 11:20,21, Mateo 10:28.) La verdadera fe tiembla ante las amenazas divinas reveladas_Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Hebreos 2:1 f. Una persona temerosa de Dios es una que conoce la contrición del corazón por su pecado; y que siempre tiene en cuenta el juicio justo de Dios ante el cual se pondrá de pie.

     
(2) El Asombro, la Reverencia y la Adoración Ante la Gloria, la Majestad, la Belleza y la Trascendencia Resplandeciente de Dios
 

   Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo..., Apocalipsis 15:3-4

   
(Véase también Isaías 6:1 f, Apocalipsis 15:3,4, 1:13 f.) Dios a veces nos abruma como lo hizo con los serafines e Isaías en Isaías 6. Conocer a Dios en todo es temerlo, porque conocer a Dios es conocer al que es magnífico en santidad.

 
   
El temor de Dios en nosotros es ese estado de corazón y mente que refleja nuestra aprensión de quién y qué es Dios, y quién y lo que es Dios va a tolerar nada menos que el compromiso total con él.- John Murray, PRINCIPIOS DE CONDUCTA


B. LOS ACOMPAÑAMIENTOS, EL FRUTO Y ESTIMULANTES DEL TEMOR DE JEHOVÁ


   
(1). Una sensación omnipresente de la presencia de Dios_¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiese a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano me asirá tu diestra, Salmo 139:7-10.

    
(2). Una sensación omnipresente de nuestra dependencia de Dios y de nuestra responsabilidad a él en todo lo que hacemos y pensamos_para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él, 1 Corintios 8:6. (Véase también el Salmo 139:1-6, 13-16, 23,24, Hechos 17:26-28, Romanos 11:36, 1 Corintios 8:6, Hebreos 2:10, Apocalipsis 4:11).

    
(3). Una conciencia constante de nuestra relación con Dios. El primer pensamiento de la persona piadosa en cada circunstancia es la relación de Dios a él y a la circunstancia, y su y la relación a Dios. Esa es la conciencia de Dios; y eso es lo que el temor de Dios es.

   
(4). La obediencia a Dios. Considera a Abraham. Junto a su fe en la promesa de Dios, la obediencia instantánea a Dios es la característica sobresaliente de la vida de Abraham_¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Santiago 2:21-22. Y era porque él temía al Señor que obedeció la voz del Señor. Él podía ofrecer a su hijo de la promesa, porque temía a Dios. Nada tenía valor ni significado para Abraham excepto en términos de su relación a Dios. Pablo dijo que él contaba todo como "estiércol" en comparación con su relación con Dios en Cristo. Esto significa que el temor del Señor se manifiesta en retener nada de Dios, por más querido que pueda ser para nosotros, Génesis 22:12. Además, cuando tememos a Dios, aprendemos a odiar el mal_El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco, Proverbios 8:13, y nos apartamos de ello_Y con el temor de Jehová, los hombres se apartan del mal, Proverbios 16:6


 Por el Rev. Joe Morecraft, III Extracto tomado de El Consejo de Calcedonia pg. 18
_________________________________________________________________

THE WOMAN WHO FEARS THE LORD - Part II

2. The Nature of the Fear of the Lord

It [fear of God] is that affectionate reverence by which the child of God bends himself humbly and carefully to his Father's law. His wrath is so bitter, and His love so sweet, that hence springs an earnest desire to please Him.- Bridges

a. The Two Elements of the Fear of the Lord

     (1.) Fear of the Holy and Righteous Judgment of Almighty God

My flesh trembles for fear of Thee, and I am afraid of Thy judgments, Psalm 119:120.

   (See also Deuteronomy 17:13, 21:21, Psalm 119:120, 27:1, 3:6, Philippians 2:12,13, Romans 11:20,21, Matthew 10:28.) True faith trembles before revealed Divine threatenings _For this reason we must pay much closer attention to what we have heard, lest we drift away from it. For if the word spoken through angels proved unalterable, and every transgression and disobedience received a just recompense, how shall we escape if you neglect so great a salvation, Hebrews 2:1f. A God-fearing person is one who knows contrition of heart for his sin; and who always takes into account the righteous judgment of God before whom he will stand.

     (2) Awe, Reverence and Adoration Before the Glory, Majesty, Beauty and Resplendent Transcendence of God

   Great and marvelous are Thy works, O Lord God, the Almighty, righteous and true are Thy ways, Thou King of the nations. Who will not fear, O Lord, and glorify Thy name? for Thou alone art holy..., Revelation 15:3-4

   (See also Isaiah 6:1f, Revelation 15:3,4, 1:13f.) God sometimes overwhelms us as He did the seraphim and Isaiah in Isaiah 6. To know God at all is to fear Him, for to know Him is to know Him who is majestic in holiness.
   The fear of God in us is that frame of heart and mind which reflects our apprehension of who and what God is; and who and what God is will tolerate nothing less than total commitment to Him.-John Murray, PRINCIPLES OF CONDUCT

B. THE ACCOMPANIMENTS, FRUIT AND STIMULANTS OF THE FEAR OF THE LORD

   (1). An all-pervasive sense of the presence of God_Where can I go from Thy Spirit? Or where can I flee from Thy presence? If I ascend to heaven, Thou art there; if I make my bed in hell, behold, thou are there. If I take the wings of the dawn, if I dwell in the remotest part of the sea, even there thy hand will lead me, and thy right hand will lay hold of me, Psalm 139:7-10.

   (2). An all-pervasive sense of our dependance upon God and of our responsibility to Him in all we do and think_for us there is but one God, the Father, from whom are all things, and we exist through Him; and one Lord, Jesus Christ, by whom are all things, and we exist through Him,  I Corinthians 8:6. (See also Psalm 139:1-6, 13-16, 23,24, Acts 17:26-28, Romans 11:36, I Corinthians 8:6, Hebrews 2:10, Revelation 4:11.)

   (3). A constant consciousness of our relation to God. The first thought of the godly person in every circunstance is -God's relationship to him and to the circumstance, and his and its relationship to God. That is God-consciousness; and that is what the fear of God is.

   (4). Obedience to God. Consider Abraham. Next to his faith in God's promise, instant obedience to God is the outstanding feature of Abraham's life _ Was not Abraham our father justified by works, when he offered up Isaac his son on the altar? You see that faith was working with his works, and as a result of works, faith was perfected, James 2:21-22. And it was because he feared the Lord that he obeyed the Lord's voice. He could offer up his child of promise because he feared God. Nothing had value or meaning for Abraham except in terms of his relationship to God. Paul said that he counted everything as "dung" compared to his relation to God in Christ. This means that the fear of the Lord shows itself in withholding nothing from God, however dear to us it may be, Genesis 22:12. Furthermore, when we fear God we learn to hate evil_The fear of the LORD is to hate evil; pride and arrogance and the evil way, and the perverted mouth, I hate, Proverbs 8:13, and we depart from it_ By the fear of the LORD one keeps away from evil, Proverbs 16:6               

By Rev. Joe Morecraft, III Excerpt taken from The Counsel of Calcedon p. 18

Monday, November 19, 2012

ORACIÓN PARA QUITAR EL ACOSO DIABÓLICO

Yo adoro y honro a mi Padre celestial, el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo. Te pido, Señor Jesús, asignar a tus santos ángeles para protegerme de cualquier estrategia de las tinieblas diseñada para oponer esta oración por la libertad.
    En el nombre de mi Señor Jesucristo y por el poder de su sangre, afirmo mi autoridad sobre todos los espíritus malignos asignados para controlarme y dificultar mi vida y el testimonio por Cristo. Ahora mando a todos los espíritus malignos persistentes dejar su trabajo y sean atados en la presencia del Señor Jesucristo. También ato a todos los sustitutos de los espíritus malvados asignados a reconstruir fortalezas desalojadas. ¡Que no puedan hacer eso! Mando a todos aquellos espiritus asignados en mi contra a permanecer espíritus enteros. Prohíbo cualquier división, reestructuración, o multiplicación de espíritus malvados, trabajar en mi contra.
   Todos los poderes de las tinieblas que tienen asignación en mi contra, deben escuchar y obedecer a Él que es su Creador y Vencedor. Yo afirmo que Dios me ha sentado con Cristo Jesús en los lugares celestiales muy por encima de todos los principados y poderes sobrenaturales de las tinieblas.
    Señor Jesucristo, te pido que le digas a todos estos poderes de las tinieblas asignados a gobernar sobre , dónde deben ir. Confínalos a donde nunca me puedan molestar de nuevo. Me rindo completamente a todos los propósitos que tienes en esta batalla que he tenido que hacer frente. En tu gran nombre oro. Amén.

Por Mark I. Bubeck Extracto tomado de Oraciones de Lucha Espiritual

__________________________________________________

PRAYER TO REMOVE DEMONIC HARASSMENT

   I worship and honor my heavenly Father, the Lord Jesus Christ, and the Holy Spirit. I ask You, Lord Jesus, to assign Your holy angels to protect me from any strategies of darkness designed to oppose this prayer for freedom.
   In the name of my Lord Jesus Christ and by the power of His blood, I affirm my authority over all the wicked spirits assigned to control me and hinder my life and witness for Christ. I now command all lingering wicked spirits to cease their work and be bound in the presence of the Lord Jesus Christ. I also bind all replacer wicked spirits assigned to rebuild evicted strongholds. They may not do that! I command all those spirits assigned against me to remain whole spirits. I forbid any dividing, restructuring, or multiplying of wicked spirits working against me.
   All powers of darkness having assignment against me must hear and obey Him who is their Creator and Conqueror. I affirm that God has seated me with Christ Jesus in the heavenly realms far above all principalities and supernatural powers of darkness.
   Lord Jesus Christ, I ask You to tell all of these powers of darkness assigned to rule over me where they must go. Confine them where they can never trouble me again. I yield fully to all of the purposes You have in this battle I have been facing. In Your great name I pray. Amen.

By Mark I. Bubeck Excerpt taken from Spiritual Warfare Prayers

Wednesday, November 14, 2012

EL NOVENO MANDAMIENTO (English)

El noveno mandamiento: "No hablarás contra tu prójimo falso testimonio" (Éxodo 20:16), ha sido muy mal interpretado en el sentido de que "Debes decir la verdad, en todo momento y bajo cualquier circunstancia, a todos los hombres que te pregunten algo."

...Pero ¿nos exige Dios a decir la verdad en todo momento? Tal proposición es altamente cuestionable. El mandamiento es muy claro: no debemos levantar falso testimonio contra nuestro prójimo, pero esto no quiere decir que nuestro prójimo o nuestro enemigo tenga siempre el derecho a la verdad de nosotros, o cualquier palabra de nosotros, acerca de asuntos que no tienen interés para ellos o de carácter privado para nosotros. Ningún enemigo o criminal tiene derecho a saber de nosotros que pueda ser utilizado para hacernos el mal. La Escritura no condena a Abraham e Isaac por mentir con el fin de evitar el asesinato y la violación (Gn.12:11-13; 20:2; 26:6,7), por el contrario, ambos son bendecidos ricamente por Dios, y los hombres que los colocaron en una posición tan infeliz son condenados y juzgados (Gn. 12:15-20; 20:3-18; 26:10-16). Ejemplos parecidos abundan en la Escritura. Nadie que está tratando de hacernos mal, violar la ley en referencia a nosotros o a otro, tiene derecho a la verdad.

   
Más que eso, esto puede ser llamado, con motivos bíblicos, un mal el decir la verdad a los hombres malos y permitirles así a acelerar su maldad. Asaf declaró: "Si veías al ladrón, tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu parte" (Sal. 50:18). Ver el robo y estar en silencio es ser parte del robo. Ver hombres planeando el robo o el asesinato, y luego contestar con la verdad sobre el paradero de este hombre, mujer, o propiedad que ellos quieren matar, violar, o robar, es ser cómplice de su delito. Tal veracidad es entonces la participación en el crimen. En cuanto a esto, Rahab, si hubiera dicho la verdad, habría sido cómplice de la muerte de dos hombres.

... Volviendo al asunto de la veracidad, el cristiano está bajo la obligación ante Dios de decir la verdad en todo momento donde existe una comunicación normal. Esta veracidad significa, no la exposición de nuestra privacidad, sino dando un verdadero testimonio en relación con nuestro prójimo. No se aplica a los actos de guerra. El espionaje es legítimo, al igual que las tácticas engañosas en la guerra. La protección contra los ladrones requiere el escondite y las paredes.

Por R.J. Rushdoony Extractos tomados de La Institución de la Ley Bíblica, Tomo I pg. 542

 http://chalcedon.edu/research/books/la-institucion-de-la-ley-biblica-tomo-1/
____________________________________________________________

THE NINTH COMMANDMENT

   The ninth commandment, "Thou shalt not bear false witness against thy neighbour" (Ex. 20:16), has been widely misinterpreted to mean that "Thou shalt at all times and under all circumstances tell the truth to all men who may ask anything of you."
...But does God require us to tell the truth at all times? Such a proposition is highly questionable. The commandment is very clear: we are not to bear false witness against our neighbor, but this does not mean that our neighbor or our enemy is ever entitled to the truth from us, or any word from us, about matters of no concern to them, or of private nature to us. No enemy or criminal has any right to knowledge from us which can be used to do us evil. Scripture does not condemn Abraham and Isaac for lying in order to avoid murder and rape (Gen. 12:11-13; 20:2; 26:6,7); on the contrary, both are richly blessed by God, and the men who placed them in such an unhappy position are condemn and judged (Gen. 12:15-20; 20:3-18; 26:10-16). Like examples abound in Scripture. No one who is seeking to do us evil, to violate the law in reference to us or to another, is entitled to the truth.
   More than that, it can with scriptural grounds be called an evil to tell the truth to evil men and enable them thereby to expedite their evil. Asaph declared, "When thou sawest a thief, then thou consentedst with him, and hast been partaker with adulterers" (Ps. 50:18). To see theft and to be silent is to be party to the theft. To see men planning theft or murder, and then to answer truthfully concerning the whereabouts of the man, woman, or property they mean to kill, rape, or steal, is to be party to their offense. Such truth-telling is then participation in the crime. In terms of this, Rahab, had she told the truth, would have been an accessory to the death of two men.
...To return to the matter of truth-telling, the Christian is under obligation to God to tell the truth at all times where normal communication exists. This truth telling means, not the exposure of our privacy, but bearing a true witness in relation to our neighbor. It does not apply to acts of war. Spying is legitimate, as are deceptive tactics in warfare. Protection from thieves requires concealment and walls.

By R. J. Rushdoony Excerpts taken from The Institutes of Biblical Law p. 542
 http://chalcedon.edu/

Thursday, November 8, 2012

"NINGUNA CONDENACIÓN" (English)

   Hace unos veinte años, conocí como pastor a una mujer, su marido e hijos, cuyo padre era un oficial de la iglesia en una comunidad cercana, en una iglesia "creyente en la Biblia". Cada domingo por la tarde y la noche, después de los servicios de adoración, este hombre se lamentaba por sus pecados. Nunca había fornicado, cometido adulterio, fumado, tomado, engañado, dado falso testimonio, etcétera, y había sido un marido ejemplar y padre. Todo pastor que había conocido tenía sólo dos tipos de mensajes, sin embargo; primero, habían sermones con un tema de Juan 3:16, el llamado a convertirse, y segundo, ésos con una acusación de los fieles por sus pecados, y un llamado al arrepentimiento.

   
Ahora ambos son temas grandiosos y básicos de la Escritura. Involucran los fundamentos de la fe. Pero ambos temas, tal como se presentan hoy, son pervertidos enormemente. Nuestra preocupación aquí es con el pecado y el arrepentimiento. Cuando estaba en el pastorado de la iglesia, un oficial exigía regularmente que predicara estos sermones porque Juana Peréz fuma, Juan Blanco bosteza a veces por causa de la Escuela Dominical, etcétera. Ningún hombre necesitaba arrepentimiento y conversión más que el hombre que me pedía que predique a la gente. (Más tarde él dejó la iglesia, con algunos empujes.)

   
Una vez más, escucho regularmente sermones de los pastores que predican en sus congregaciones por una variedad de razones sumamente refinadas, a menudo esfuerzos sutiles o desplegados para crear sentimientos de culpa en lugar de la acción piadosa. El anciano cuya hija yo conocía se lamentaba porque no podía orar cinco minutos sin aburrirse y sin palabras; de alguna manera, esto lo hacía muy poco espiritual. Tú puedes hablar por horas con tus amigos, su pastor declaró, con golpes, ¡pero no puedes hablar diez minutos con Dios! El anciano, con tal predicación, se sintió culpable permanentemente. El nunca tuvo instrucción para vivir todo el día con el Señor, su mente jamás abierta a Dios en la oración de oraciones.

   
Todo tal pecado y la predicación de arrepentimiento es pagano. Este paganismo corre profundo en los círculos Reformados y arminianos, en el pietismo y el catolicismo, en el medievalismo, y finalmente, en los antiguos cultos paganos. En toda y cada forma, se suma a un mal: ninguna absolución. Si tú convences a la gente de que son pecadores por razones no bíblicas, como estar aburrido con tu predicación, o por no orar treinta minutos, una hora o dos horas al día, entonces los cortas permanentemente de uno de los hechos más gloriosos de la Escritura: la absolución. Pablo declara enfáticamente:

   
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
   
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu (Ro. 8:1)


¡Ninguna condenación! ¿Cómo pueden atreverse los hombres a condenar donde Dios no condena?


Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de La Ley y La Sociedad Vol. II p. 613

______________________________________________________________

"NO CONDEMNATION"

   Some twenty years ago, I knew as pastor a woman, her husband and children, whose father was a church officer in a nearby community, in a "Bible-believing" church. Every Sunday afternoon and evening, after worship services, this man grieved over his sins. He had never fornicated, committed adultery, smoked, drank, cheated, bore false witness, and so on, and had been an exemplary husband and father. Every pastor he had known had only two kinds of messages, however; first, there were sermons with a John 3:16 theme, the call to be converted, and second, those with an indictment of the faithful for their sins, and a call to repentance.
   Now both are great and basic themes of Scripture. They involve the basics of the faith. But both themes, as presented today, are perverted grossly. Our concern here is with sin and repentance. When I was in the church pastorate, one officer regularly demanded that I preach such sermons because Jane Doe smokes, John Blank sometimes yawns through Sunday School, and so on. No man needed repentance and conversion more than the man who asked that I preach at people. (He later left the church, with some promptings.)
   Again,I regularly hear of pastors preaching sermons at their congregations for a variety of highly refined reasons, often subtle or open efforts to create guilt feelings rather than godly action. The old man whose daughter I knew grieved because he could not pray five minutes without becoming bored and wordless; somehow, this made him very unspiritual. You can talk by the hour with your friends, his pastor declared, with thumps, but you can't talk ten minutes with God! The old man, with such preaching, felt permanently guilty. He never had instruction in living all day with the Lord, his mind ever open to God in sentence prayers.
   All such sin and repentance preaching is pagan. This paganism runs deep in Reformed and Arminian circles, in pietism and Catholicism, in medievalism, and finally, in ancient pagan cults. In each and every form, it adds up to one evil: no absolution. If you convince people that they are sinners for non-Biblical reasons, such as being bored with your preaching, or for not praying thirty minutes, an hour, or two hours daily, then you cut them off permanently from one of the most glorious facts of Scripture: absolution. Paul declares emphatically:

   There is therefore now no condemnation to them which are in Christ
   Jesus, who walk not after the flesh, but after the Spirit (Rom. 8:1)

No condemnation! How can men dare to condemn where God does not condemn? 

By R. J. Rushdoony Excerpt taken from Law and Society  Vol. II p. 613

Thursday, November 1, 2012

EN CONTRA DE MUCHA ORACIÓN (English)

   Uno de los comentarios familiares por nuestro Señor y muy descuidado tiene que ver con la oración. Se nos manda a orar, y a orar silenciosamente, sin ostentación, y "en secreto," es decir, no hacer público nuestro orar. "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mt. 6:7). Nota que las repeticiones no están prohibidas, sino las vanas repeticiones lo están. La viuda en la parábola de nuestro Señor, estaba dada mucho a la repetición intensa ("Hazme justicia de mi adversario"), pero no fue vana repetición sino una oración repetida y apasionada por la justicia (Lucas 18:1-8). El condena "el hablar mucho" o el orar que tiene como su propósito un deseo para impresionar a Dios.

   Esta es especialmente una gran tentación en nuestro tiempo. Vivimos en lo que algunos llaman la edad democrática; aún tiranías funcionan en el nombre del Pueblo. Tienen elecciones simuladas en las que todos deben votar, aunque todos los candidatos corren sin oposición, como en la Unión Soviética. El Pueblo debe favorecer todo lo que ha sido predeterminado para ellos. Aún los líderes del Partido Comunista Soviético, que saben que las elecciones son una formalidad, pasan por el ritual santurrón de votar. ¡Es un deber religioso para el Pueblo expresar su voluntad común!

   Dada esta mentalidad, ahora más que nunca, las personas son impresionadas por los números. ¡Más de unas organizaciones agregan miles de nombres sin valor a sus listas de correo porque posibles donantes son influenciados por los números!

...La demanda por la fuerza numérica continúa sin cesar, a pesar de un mundo llenó de ejemplos de fracasos. Todavía peor, esta mentalidad ha infectado la oración. ¡La suposición es que, si podemos conseguir 1 millón de personas, o aún 10,000, orando con celo por algo, Dios nos lo dará! La suposición es que Dios es guiado, no por su conocimiento y sabiduría, sino por nuestro importunar.

   Los resultados son trágicamente malos. Los protestantes devotos, que ven con horror las donaciones medievales por las oraciones continuas por los frailes y monjas, ahora crean "torres de oración" donde 24 horas diarias, un número de personas son reunidas para orar por todas las peticiones de oración. Un evangelista de televisión ha dicho que unas 35,000 personas han tratado de llamar su número "800" en una sola hora.

    De algún modo, las personas creen que Dios los oirá más fácilmente si 500 ó 5,000 personas oran por ellos. ¿Qué pasó con el sacerdocio de todos los creyentes? ¿Debe una persona que ora profesionalmente orar por nosotros antes que Dios nos oiga?

   Hace un gran número de años, un hombre enfermo me pidió que orara por él. Conocí al hombre bien, y él tenía miedo a la muerte y lo admitió. Le dije que hiciera su propia oración, y empezara confesando sus pecados muy graves. Se negó. El quería la sanación, no la comunión con Dios.

...Aún más, ¿cuántos se preocupan con el reino de Dios y la justicia? Mas nuestro Señor nos dice, en Mateo 6:33, "Mas buscad PRIMERAMENTE el reino de Dios, y su justicia," o la justicia. ¿No son "suciedad" las oraciones interminables insultantes a Dios? ¿No llegan a ser ellas más ofensivas cuándo formamos fila en grandes números de personas para fastidiar a Dios?

   Nuestro Señor nos da su modelo de oración en Mateo 6:9-13, declarando, "Vosotros, pues, oréis así" Vamos a empezar por santificar su nombre. Nuestra petición suprema debe ser, "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra".

   Dios desea que su reino gobierne y reine tan completamente en la tierra como en el cielo, y nosotros tenemos un deber de orar por esto, y trabajar para ello. El nos ha dado las leyes de su reino, y debemos obedecer y las debemos aplicar.

   Si somos fieles, así también él es fiel. El nos dará el pan nuestro de cada día, y él perdona nuestras deudas "como perdonamos a nuestros deudores". La oración tiene como su compañera a la obediencia y la acción. El enfoque de la oración está equivocado si se trata de nuestras necesidades principalmente antes que el reino de Dios.

Por R. J. Rushdoony Extractos tomados de Las Raíces de la Reconstrucción pg. 387

_______________________________________________________________

AGAINST MUCH PRAYING

   One of the familiar and very much neglected comments by our Lord has to do with prayer. We are commanded to pray, and to pray quietly, without ostentation, and "in secret," i.e., not to publicize our praying. "When ye pray, use not vain repetitions, as the heathens do: for they think they shall be heard by their much speaking" (Matt. 6:7). Note that repetitions are not forbidden, but vain repetitions are. The widow in our Lord's parable was much given to intense repetition ("Avenge me of my adversary"), but it was not vain repetition but rather a repeated and passionate prayer for justice (Luke 18:1-8). He condemns "much speaking" or praying which has as its purpose a desire to impress God.

   This is especially a great temptation in our time. We live in what some call the democratic age; even tyrannies function in the name of the People. They hold mock elections in which everyone must vote, even though all candidates run unopposed, as in the Soviet Union. The People must all favor what has been predetermined for them. Even the Soviet Communist Party leaders, who know that the elections are a formality, go through the sanctimonious ritual of voting. It is a religious duty for the People to express their common will!

   Given this mentality, now more than ever, people are impressed by numbers. More than a few organizations add thousands of worthless names to their mailing lists because prospective donors are influenced by numbers!

...The demand for numerical strength continues unabated, despite a world filled with examples of failures. Even worse, this mind-set has infected prayer. The assumption is that, if we can get 1 million people, or even 10,000, praying zealously for something, God will give it to us! The assumption is that God is guided, not by His knowledge and wisdom, but by our nagging.

    The results are tragically evil. Devout Protestants, who view the medieval endowments for continuous prayers by monks and nuns with horror, now create "prayer towers" where 24 hours daily, a number of people are gathered to pray for all prayer requests. One evangelist on television has said that as many as 35,000 people have tried to call his "800" number in a single hour.

    Somehow, people believe that God will hear them more readily if 500 or 5,000 people are praying for them. Whatever happened to the priesthood of all believers? Must a professional praying-person pray for us before God hear us?

   A good many years ago, a sick man asked me to pray for him. I knew the man well, and that he was afraid of death and admitted it. I told him to do his own praying, and to begin by confessing his very serious sins. He refused. He wanted healing not communion with God.

...Even more, how many concern themselves with God's Kingdom and justice? Yet our Lord tells us, in Matthew 6:33, "seek ye FIRST the Kingdom of God, and His righteousness," or justice. Are not unending "gimme" prayers insulting to God? Do they not become more insulting when we line up great numbers of people to nag God?

   Our Lord gives us His model of prayer in Matthew 6:9-13, declaring, "After this manner therefore pray ye." We are to begin by hallowing His name. Our paramount request must be, "Thy Kingdom come. Thy will be done in earth, as it is in heaven."

   God wants His kingdom to rule and reign as fully on earth as in heaven, and we have a duty to pray for this, and to work for it. He has given us the laws of His Kingdom, and we must obey and apply them.

   As we are faithful, so He too is faithful. He will give us our daily bread, and He forgives our debts "as we forgive our debtors". Prayer has as its companion obedience and action. The focus of prayer is wrong if it is our needs primarily rather than God's Kingdom.

By R. J. Rushdoony  Excerpts taken from Roots of Reconstruction p.387