Tuesday, November 12, 2013

SALMO 1:1-2

  
Bienaventurado el varón. El significado del salmista es que les irá siempre bien a los siervos devotos de Dios, cuyo esfuerzo constante es avanzar en el estudio de su ley. Él nos enseña lo imposible que es para cualquier persona aplicar su mente a la meditación en la ley de Dios, que no se haya retirado y separado de la sociedad de los impíos primero. Es necesario recordar que el mundo está plagado de corrupción mortal, y que el primer paso para vivir bien es renunciar la compañía de los impíos, de lo contrario, es seguro que nos contagian con su propia contaminación.

   
Que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Aquí el salmista muestra cómo, poco a poco, los hombres son generalmente inducidos a apartarse del camino recto. Cuando una persona camina voluntariamente después de la satisfacción de sus deseos corruptos, la práctica de pecar lo encapricha tanto, que, olvidándose de sí mismo, se endurece en la maldad, y esto el profeta llama,
estar en camino de pecadores. Luego finalmente sigue una obstinación desesperada, la cual él expresa con la ilustración de sentado.

  
Sino que en la ley de Jehová está su delicia. El salmista no simplemente declara felices a aquellos que temen a Dios, sino designa la piedad por el estudio de la ley, enseñándonos que Dios sólo es servido correctamente, cuando su ley es obedecida. No deja a cada hombre a enmarcar un sistema de religión de acuerdo a su propio juicio, sino el estándar de la piedad debe ser tomado de la Palabra de Dios. De su caracterización, el piadoso como deleitándose en la ley del Señor, podemos aprender que la obediencia forzada o servil no es del todo agradable a Dios, y que los que sólo son estudiantes dignos de la ley que vienen a ella con una mente alegre, y están tan encantados con sus instrucciones, que no cuentan nada más deseable o delicioso que avanzar en la misma. De este amor de la ley procede la meditación constante en ella.


 Por Juan Calvino    Extracto tomado de El Corazón Ardiente pg. 1
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PSALM 1:1-2

   Blessed is the man. The meaning of the Psalmist is that it shall be always well with God's devout servants, whose constant endeavour it is to make progress in the study of his law. He teaches us how impossible it is for anyone to apply his mind to meditation upon God's law, who has not first withdrawn and separated himself from the society of the ungodly. It is necessary to remember that the world is fraught with deadly corruption, and that the first step to living well is to renounce the company of the ungodly, otherwise it is sure to infect us with its own pollution.
   Who does not walk in the counsel of the wicked, or stand in the way of sinners, or sit in the seat of mockers. Here the Psalmist shows how, little by little, men are ordinarily induced to turn aside from the right path. When a person willingly walks after the gratification of his corrupt lusts, the practice of sinning so infatuates him, that, forgetful of himself, he grows hardened in wickedness; and this the prophet terms standing in the way of sinners. Then at length follows a desperate obstinacy, which he expresses by the figure of sitting.
   But his delight is in the law of the LORD. The Psalmist does not simply pronounce those happy who fear God, but designates godliness by the study of the law, teaching us that God is only rightly served when his law is obeyed. It is not left to every man to frame a system of religion according to his own judgment, but the standard of godliness is to be taken from the Word of God. From his characterising the godly as delighting in the law of the Lord, we may learn that forced or servile obedience is not at all acceptable to God, and that those only are worthy students of the law who come to it with a cheerful mind, and are so delighted with its instructions, as to account nothing more desirable or delicious than to make progress therein. From this love of the law proceeds constant meditation on it.

By John Calvin   Excerpt taken from Heart Aflame p. 1

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