Friday, August 23, 2013

La Educación y la Familia


  Un aspecto fundamental del sustento que los padres deben a un hijo es la educación en el sentido más amplio de la palabra. Esto implica, en primer lugar, el castigo. Según Proverbios 13:24, "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige." Una vez más, "Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo" (Pr. 19:18), los padres entonces estaban tan inclinados a ser tiernos de corazón como ahora, pero la necesidad del castigo no puede dejarse de lado por una lástima tonta. El castigo puede ser un salvavidas para el niño: "No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol" (Pr. 23:13, 14). El castigo es necesario, como Kidner lo señala, porque, Proverbios sostiene,

Primero, "La necedad está ligada en el corazón del muchacho", se necesita más que palabras para sacarla (22:15). En segundo lugar, el carácter (en el que la sabiduría se personifica en sí) es una planta que crece más robusta con alguna poda (ver 15:32, 33, 5:11, 12; He. 12:11); _y esto desde los días más tempranos (13:24b: "desde temprano"; ver 22:6: "Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él"). En "un muchacho consentido" el único producto predecible es la vergüenza (29:15).

   
Pero el castigo no es sustituto de la instrucción sólida, para la enseñanza adecuada. Por lo tanto, segundo, los padres tienen el deber de proporcionar al niño con una educación piadosa. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová" (Pr. 1:7); "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría "(Pr. 9:10). La sabiduría se apoya en la fe, y el verdadero conocimiento tiene como su presuposición al Dios soberano. No puede haber neutralidad en la educación. La educación por el Estado tendrá fines estatistas. La educación por la iglesia estará orientada a promover a la iglesia. La escuela no puede estar subordinada ni a la iglesia o el estado. La iglesia de la época de Cristo enseñaba a los hombres a dar a la iglesia, aparentemente a Dios, en lugar de mantener a sus padres (Marcos 7:7-13). El pecado fue así enseñado como una virtud.

   
Los niños deben obedecer a sus padres. La contrapartida de esto es el deber de los padres para enseñar los fundamentos de la obediencia a sus hijos, la ley de Dios. La propia ley requiere esto: 


Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?  
Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos (Dt. 4:7-9).

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 
Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Dt. 6:6,7).

Una vez cada siete años, en el año de la remisión, los niños con los adultos tenían que escuchar la lectura de toda la ley (Dt. 31:10-13).
   
Muy temprano, los líderes religiosos de Israel asumieron la tarea de la educación. El profeta Natán llegó a ser el instructor del joven Jedidías (Amado de Jehová) o Salomón (2 S. 12:25).


 Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de La Institución de la Ley Bíblica pg. 182

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Education and the Family

   A fundamental aspect of the support due a child from his parents is education in the broadest sense of the word. This involves, first of all, chastisement. According to Proverbs 13:24, "He that spareth his rod hateth his son: but he that loveth him chasteneth him betimes." Again, "Chasten thy son while there is hope, and let not thy soul spare for his crying" (Prov. 19:18); parents then were as inclined to be tenderhearted as now, but the necessity for chastening cannot be set aside by a foolish pity. Chastisement can be a lifesaver to the child: "Withhold not correction from the child: for if thou beatest him with the rod, he shall not die. Thou shalt beat him with the rod, and shalt deliver his soul from hell" (Prov. 23: 13, 14). Chastening is necessary, as Kidner points out, because, Proverbs holds,

First, "foolishness is bound up in the heart of a child"; it will take more than words to dislodge it (22:15). Second, character (in which wisdom embodies itself) is a plant that grows more sturdily for some cutting back (cf. 15:32, 33; 5:11, 12; Heb. 12:11)_and this from early days (13:24b: "betimes"; cf. 22:6: "Train up a child in the way he should go, and even when he is old he will not depart from it"). In "a child left to himself" the only predictable product is shame (29:15).

   But chastening is no substitute for sound instruction, for proper teaching. Thus, second, the parents have a duty to provide the child with a godly education. "The fear of the LORD is the beginning of knowledge" (Prov. 1:7); The fear of the LORD is the beginning of wisdom" (Prov. 9:10). Wisdom rests on faith, and true knowledge has as its presupposition the sovereign God. There can be no neutrality in education. Education by the state will have statist ends. Education by the church will be geared to promoting the church. The school cannot be subordinate to either church or state. The church of Christ's day taught men to give to the church, ostensibly to God, rather than providing for their parents (Mark 7:7-13). Sin was thus taught as a virtue.
   Children are required to obey their parents. The counterpart to this is the parents' duty to teach the fundamentals of obedience to their children, the law of God. The law itself requires this:

For what nation is there so great, who hath God so nigh unto them, as the LORD our God is in all things that we call upon him for?
And what nation is there so great, that hath statutes and judgments so righteous as all this law, which I set before you this day? Only take heed to thyself, and keep thy soul diligently, lest thou forget the things which thine eyes have seen, and lest they depart from thy heart all the days of thy life; but teach them thy sons, and thy son's sons (Deut. 4:7-9).

And these words, which I command thee this day, shall be in thine heart:
And thou shalt teach them diligently unto thy children, and shalt talk of them when thou sittest in thine house, and when thou walkest by the way, and when thou liest down, and when thou risest up (Deut. 6:6,7).

Once every seven years, in the sabbath year, children with adults had to hear the reading of the entire law (Deut. 31:10-13).
   Very early, religious leaders in Israel undertook the task of education. The prophet Nathan became the instructor of the young Jedidiiah (Beloved of Jehová) or Solomon (II Sam. 12:25). 

By R. J. Rushdoony Extract taken from The Institutes of Biblical Law p. 182


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Friday, August 9, 2013

La Humildad


  El agricultor y su esposa hicieron una mueca cuando su vecino fue mencionado, diciendo: "No los vemos mucho. Ellos sienten que son demasiados buenos para nosotros." Ahora bien, este agricultor provenía de una buena familia. Su padre había sido uno de los hombres más ricos del país y un gran terrateniente. Pero el agricultor, ahora acercándose a la edad de jubilación, sólo era un inquilino, y uno malo en eso. Aparte de su carro y algunos muebles, no tenía nada que mostrar por toda una vida de trabajo.
   ¿
Su vecino? Aquí estaba un hombre de muy humilde origen que había trabajado durante años en dos trabajos, y cuya esposa había trabajado también, con el fin de comprar y pagar por una muy fina y gran superficie de acres. Era y es una obra maestra en su área. Cada hijo había ido a la universidad, dado un buen comienzo en la vida, y aunque no en todos los aspectos agradables a sus padres, eran y siguen siendo buenas personas y trabajadores.
   
El primer agricultor tenía razón. Sus vecinos son demasiado buenos para asociarse con él. Después de cuarenta años, sigue cometiendo los mismos errores, siendo terco y no quiere aprender, un hombre muy difícil de tratar. pero él no lo piensa así. Ha dicho muchas veces y aún así dice: "Esto es una democracia, y cada hombre es tan bueno como el siguiente."
   
Este era su problema, nada de humildad, y por lo tanto sin la capacidad de aprender. Salomón declara dos veces "a la honra precede la humildad" (Pr. 15:33; 18:12), es decir, antes de que un hombre pueda ganar honor, tiene que haber humildad. Un hombre no puede aprender si siempre se justifica. Bernard Baruch, como un hombre joven, intentó una y otra vez hacer una fortuna especulando en el mercado. Postergó casarse, trabajó duro, ahorró su dinero y lo invirtió, con la esperanza de hacerse rico, y sólo para ser limpiado cada vez. Sino hasta que dejó de culpar al mercado, o "los grandes", y se preguntó, "Hice mal; ahora, ¿dónde estaba yo equivocado, y cómo puedo solucionarlo? que empezó a acumular su gran fortuna.
   
Antes del honor, el progreso, o el aprendizaje, debe haber humildad. Y, en estos días, sin duda podemos usar un poco más de humildad en todos lados. Algunos hombres son mejores que otros, y no hay ninguno de nosotros que no pueda permitirse aprender un poco, y crecer mucho en sabiduría y entendimiento.


 Por R.J. Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg.106

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Humility

   The farmer and his wife made a face when their neighbor was mentioned, saying, "We don't see too much of them. They feel they're too good for us." Now this farmer came from a fine family. His father had been one of the wealthiest men of the country and a big landowner. But the farmer, now nearing retirement age, was only a renter, and a poor one at that. Apart from his car and some furniture, he had nothing to show for a lifetime of work.
   His neighbor? Here was a man of very poor background who had worked for years at two jobs, and whose wife had worked also, in order to buy and pay for a very fine and large acreage. It was and is a showpiece in his area. Every child had been put through college, given a good start in life, and while not in all ways pleasing to their parents, were and still are all good, hardworking people.
   The first farmer was right. His neighbors are too good to associate with him. After forty years he is still making the same mistakes, still bullheaded and unwilling to learned, a very difficult man to get along with. but he doesn't think so. He has often said and still says, "This is a democracy, and every man is as good as the next one."
   This was his problem, no humility, and therefore no ability to learn. Solomon twice declares, "before honour is humility" (Prov. 15:33);  18:12), that is , before a man can gain honor, there must be humility. A man cannot learn if he always justifies himself. Bernard Baruch, as a young man, tried again and again to make a fortune speculating on the market. He postponed marrying, worked hard, saved his money, and invested it, hoping to strike it rich, and only to be cleaned out each time. Not until he stopped blaming the market, or "the big boys,"  and asked himself, "I did wrong; now, where was I wrong, and how can I correct it? did he begin to accumulate his great fortune.
   Before honor, progress, or learning, there must be humility. And, in this days, we can certainly use a little more humility on all sides. Some men are better than others, and there are none of us who cannot afford to learn a little and grow much in wisdom and understanding.

By R. J. Rushdoony  Excerpt taken from A Word in Season p.106  

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Thursday, August 1, 2013

Gritar

  
Un viejo proverbio ruso hace un buen punto con un toque de humor: "Un perro es más sabio que una mujer: él no va a ladrar a su amo." El punto está bien tomado. Un perro tiene mejor sentido que ladrar al hombre que lo alimenta y cuida de él; demasiadas mujeres no muestran tanto sentido en el trato con sus esposos. Lo mismo es cierto de demasiados hombres que gritan a la persona más fiel a ellos, su esposa.
   
La Biblia toma las palabras en serio: "La muerte y la vida están en poder de la lengua" (Pr. 18:21). Palabras sin pensar pueden herir "como golpes de espada" (Pr. 12:18), donde "{p}anal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos" (Pr. 16:24). La vida con una persona de lengua afilada es casi insoportable. Como dijo Salomón: "Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa {o argumentativa} en casa espaciosa" (Pr. 21:9). De la mujer virtuosa, dijo el rey Lemuel, "Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua" (Pr. 31:26).
   
Todo esto es familiar para la mayoría de nosotros, pero algunas cosas son menos atendidas en nuestros días que el consejo de Salomón: "No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios, porque Dios está en cielo y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras" (Ec. 5:2). Hablar es barato hoy en día, tal vez porque los hombres mismos son baratos. Los tratados internacionales se negocian con regularidad, los cuales se rompen casi antes de que se seque la tinta. Los hombres y las mujeres hacen los votos matrimoniales y después los tratan como algo sin valor si sus deseos se vuelven contrarios a sus votos. Debido a que los corazones de los hombres son corruptos, sus palabras y sus acciones reflejan su corrupción interna.
   
El propósito de las palabras es la comunicación, pero cuando las palabras se utilizan sin pensar y sin corazón, destruyen la comunicación. En lugar de acercar a las personas, las palabras dividen a los hombres.
   
Veamos de nuevo a ese proverbio ruso: "Un perro es más sabio que una mujer: él no va a ladrar a su amo." Si todos los perros empezaran a ladrar y a atacar a sus amos, los perros pronto no servirían para nada, ya que todo su propósito sería violado y destruido. Cuando las mujeres gritan a sus maridos y los maridos a sus mujeres, se produce la misma destrucción. El orden social se destruye, y la relación básica de la vida es aniquilada por palabras estúpidas y sin sentido.
  
¿Has gritado últimamente?
   
Una palabra a los esposos sabios: No vayas a citar este proverbio ruso a tu esposa, o puedes acabar muy mal. ¡Controla tu propia lengua! 


Por Rousas John Rushdoony Extracto tomado de Una Palabra Oportuna pg. 27
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Barking

   An old Russian proverb makes a good point with a touch of humor: "A dog is wiser than a woman: he won´t bark at his master." The point is well taken. A dog has better sense than to bark at the man who feeds and cares for him; too many women fail to show as much sense in dealing with their husbands. The same is true of all too many men, who bark at the one person most loyal to them, their wife.
   The Bible takes words seriously: "Death and life are in the power of the tongue" (Prov. 18:21). Thoughtless words can hurt "like the piercings of a sword" (Prov. 12:18), where "{p}leasant words are as an honeycomb, sweet to the soul, and health to the bones" (Prov. 16:24). Life with a sharp-tongued person is almost unbearable. As Solomon said, "It is better to dwell in a corner of the housetop, than with a brawling {or argumentative} woman in a wide house" (Prov. 21:9). Of the virtuous woman, King Lemuel said, "She openeth her mouth with wisdom; and in her tongue is the law of kindness" (Prov. 31:26).
   All this is familiar to most of us, but few things are less heeded in our day than the advice of Solomon, "Be not rash with thy mouth, and let not thine heart be hasty to utter any thing before God: for God is in heaven. and thou upon earth: therefore let thy words be few" (Eccles. 5:2). Talk is cheap nowadays, perhaps because men themselves are cheap. International treaties are regularly negotiated which are broken almost before the ink is dry. Men and women take marriage vows and then treat them as worthless if their desires return contrary to their vows. Because the hearts of men are corrupt, their words and actions reflect their inner corruption.
   The purpose of words is communication, but when words are used thoughtlessly and heartlessly, they destroy communication. Instead of bringing people closer together, words then divide men.
   Let us look again at the Russian proverb: "A dog is wiser than a woman: he won't bark at his master." If all dogs started barking at and attacking their masters, dogs would soon be worthless, because their whole purpose would be violated and destroyed. When women bark at their husbands, and husbands at their wives, the same destruction occurs. Social order is destroyed, and the basic relationship of life is wiped out by stupid and senseless words.
   Done any barking lately?
   A word to wise husbands: Don't go quoting this Russian proverb to your wife, or you may end up very sorry. Watch your own tongue!

By Rousas John Rushdoony Excerpt taken from A Word in Season p. 27   
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