Saturday, September 24, 2011

LA SANTIDAD VERSUS EL PERFECCIONISMO (English)



   Un incidente bíblico rara vez predicado es 2 Reyes 5:18-19. Naamán, el general sirio, sanado de la lepra por el profeta Eliseo, ha hecho una profesión de fe. El tiene un problema, sin embargo. El rey de Siria, en su enfermedad, requiere un hombre para apoyarse cuando el va a adorar en el templo de Rimón. Naamán es ese hombre de confianza. Para un general, que podría fácilmente tomar el trono, al ser tan confiable indica lo mucho que Naamán era considerado. Pero Naamán está preocupado. Cuando el rey se inclina a su dios, Naamán debe ayudar a que lo haga y él mismo inclinarse en el proceso. ¿Perdonará Jehová a Naamán por  esto? La respuesta de Eliseo es afirmativa: "Vete en paz". Naamán no fue llamado a una vida de perfección, sino de santidad y hay una diferencia. Naamán no estaba comprometiendo su fe, sino cumpliendo un deber de menor importancia en una carrera importante.
    
La idea de la perfección es, en esencia, una doctrina pagana. La palabra perfecto como aparece en la Escritura tiene un significado diferente que en las culturas paganas. Varias palabras griegas son usadas en el Nuevo Testamento. En Mateo 5:48, "Sed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto", la palabra es "teleios", madurado, alcanzar su objetivo designado, completado; otras palabras traducidas como "perfecto" tienen significados relacionados . Para nosotros ser perfectos en el sentido bíblico significa madurar en nuestra vocación, hacer la voluntad de Dios para nuestras vidas, y servirle con todo nuestro corazón, mente, y ser. La perfección en este sentido es un proceso ...
   
La perfección en el sentido no-bíblico ha sido por mucho tiempo una meta en varias religiones paganas, y que ha sido esencialmente ligado a la idea del hombre autónomo ... Este concepto pagano de la perfección separó la persona del mundo y de la sociedad. Creó ermitaños, monjes y personas separadas. En una fe pagana tras otra, la verdadera meta de la vida es el desapego, y un mundo de negación y de la vida. Las religiones orientales, en particular, se han dedicado a este objetivo de la separación, pero su influencia ha sido poderosa en el Occidente también. La mayoría de los ermitaños del desierto de la iglesia primitiva, muchos monjes, y mucha piedad popular, católicos y protestantes, se han dedicado a este ideal ...
   
La doctrina de la santidad es radicalmente diferente. Cuando nuestro Señor nos llama a ser "perfectos" o maduros, es decir, a crecer en términos de nuestro fin señalado por Dios, El nos convoca a servir a Dios con todo nuestro ser, y a ser santo para él. "Habeís, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos" (Lev. 20:26). La santidad es siempre para el Señor. Además, como Apocalipsis 15:4, en el gran "cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero", declara, "sólo tú eres santo". Sólo Dios es santo, nosotros somos santos en la medida en que nos separamos y nos dedicamos a Él y a su Reino. Permanecer en Él significa dar fruto (Juan 15:2), amar a Dios significa guardar sus mandamientos (Juan 15:10,14). Por lo tanto nuestra meta es hacer la voluntad de nuestro Padre, servirle con todo nuestro corazón, mente, y ser, amar a Dios y a nuestro prójimo.
    
La verdadera santidad es una dedicación al servicio del Señor con la totalidad de nuestro ser. No es una preocupación por nuestra perfección, sino una preocupación por la obra del Señor. Como dice David, "Porque me consumió el celo de tu casa" (Sal. 69:9), una oración que encuentra su expresión total en nuestro Señor (Juan 2:17). Los pecados de David fueron muy reales y fueron juzgados por Dios, pero el celo de David por la obra del Señor fue honrado y bendecido por Dios, porque David buscó el Reino de Dios y la gloria.
   
La iglesia debe ser un campo de entrenamiento y barracas, enviando soldados de Cristo al mundo, cada uno o una en su esfera propia, para ejercer dominio en el nombre del Señor. Un buen ejército no está entrenado para la euforia y el desfile, sino para la acción.
  
Nuestro Dios, que es el único santo y de sí mismo, es un Dios de acción y poder. Nuestra santidad se trata en trabajar la obediencia y la fidelidad a Su palabra ley. 


Por R. J. Rushdoony

_____________________________________________________________

HOLINESS VERSUS PERFECTIONISM

   A Biblical incident rarely preached on is II Kings 5:18-19. The Syrian general Naaman, healed of his leprosy by the prophet Elisha, has made a profession of faith. he has a problem, however. The Syrian King, in his infirmity, required a man to lean on as he goes to worship in the Temple of Rimmon. Naaman is that trusted man. For a general, who will easily seize the throne, to be so trusted indicates how highly Naaman was regarded. but Naaman is troubled. When the King bows to his god, Naaman must help him to do so and himself bow in the process. Will the LORD pardon Naaman for this? Elisha's answer is affirmative: "Go in peace." Naaman was not summoned to a life of perfection but of holiness and there is a difference. Naaman was not compromising his faith but performing a minor duty in a major career.
    The idea of perfection is in essence a pagan doctrine. The word perfect as it appears in Scripture has a different meaning than in pagan cultures. Several Greek words are used in the New Testament. In Matthew 5:48, "Be ye therefore perfect, even as your Father which is in heaven is perfect," the word is "teleios," matured, reaching its appointed goal, completed; other words translated as "perfect" have related meanings. For us to be perfect in the Biblical sense means to mature in our calling, to do God's will for our lives, and to serve Him with all our heart, mind, and being. Perfection in this sense is a process...
   Perfection in the non-Biblical sense has long been a goal in various pagan religions, and it has been essentially linked to the idea of autonomous man...  This pagan concept of perfection separated the person from the world and from society. It created hermits, monks, and detached people. In one pagan faith after another, the true goal of life is detachment, a world and life negation. Eastern religions in particular have been dedicated to this goal of detachment, but its influence has been powerful in the West also. Most of the desert hermits of the early church, many monks, and much popular piety, Catholic and Protestant, have been dedicated to this ideal...
   The doctrine of holiness is radically different. When our Lord summons us to be "perfect" or mature, i.e., to grow in terms of our God-appointed end, He is summoning us to serve God with all our being, and to be holy unto Him. "Ye shall be holy unto me; for I the LORD am holy, and have severed you from other people, that ye should be mine" (Lev. 20:26). Holiness is always unto the Lord. Moreover, as Revelation 15:4, in the great "song of Moses, the servant of God, and the song of the Lamb," declares, "Thou only art holy." God alone is holy; we are holy to the degree that we separate and dedicate ourselves to Him and to His Kingdom. To abide in Him means to bring forth fruit (John 15:2); to love God means to keep His commandments (John 15:10,14). Our goal thus is to do the will of our Father, to serve Him with all our heart, mind, and being, to love God and our neighbor.
    True holiness is a dedication to the Lord's service with the totality of our being. It is not a concern for our perfection, but a concern for the Lord's work. As David says, "The zeal of thine house hath eaten me up" (Ps. 69:9), a sentence finding total expression in our Lord (John 2:17). David's sins were very real and were judged by God, but David's zeal for the Lord's work was honored and blessed by God, because David sought God's Kingdom and glory.
   The church must be a training camp and barracks room, sending soldiers of Christ into the world, each in his or her own sphere, to exercise dominion in the name of the Lord. A good army is not trained for exhilaration and parade but for action.
   Our God, who is alone holy in and of Himself, is a God of action and power. Our holiness comes in working obedience and faithfulness to His law word.

By R. J. Rushdoony

No comments:

Post a Comment